La NASA encontró un aminoácido esencial para la vida en un Asteroide
Un reciente análisis de las muestras prístinas traídas del asteroide Bennu por la misión OSIRIS-REx reveló la presencia de triptófano, un aminoácido crucial para las proteínas terrestres.
La noticia generó un impacto profundo en la astrobiología: la detección de triptófano en los 121,6 gramos de roca y polvo de Bennu. Este aminoácido es uno de los más complejos y, hasta ahora, nunca se había identificado en ningún meteorito ni muestra espacial.
¿Por qué es importante? El triptófano es fundamental para la formación de proteínas y es conocido por ser precursor de la serotonina. Su aparición en un cuerpo formado hace unos 4.500 millones de años sugiere que la química compleja no es exclusiva de nuestro planeta.
La Voz de la NASA: José Aponte, astroquímico del Centro Goddard, celebró que "Encontrar triptófano en el asteroide Bennu es un gran logro, ya que es uno de los aminoácidos más complejos".
La aparición simultánea de esta molécula en el asteroide y en ambientes estelares distantes (como la región IC348) refuerza una idea clave: la naturaleza pudo ensamblar las piezas de la vida mucho antes de que la Tierra tuviera océanos.
Bennu, la Cápsula del Tiempo: Evidencia de Química Fértil
La misión OSIRIS-REx permitió examinar material de Bennu sin el deterioro que sufren los meteoritos al ingresar a la atmósfera terrestre. Esto convirtió al asteroide en una cápsula del tiempo ideal para estudiar la química prebiótica.
El asteroide es un fragmento de un cuerpo mayor que conservó rastros de agua líquida interna y depósitos salinos. Esta heterogeneidad química indica que Bennu no fue un cuerpo inerte:
Un Complejo Químico: Las muestras ya habían confirmado 14 aminoácidos esenciales para la vida terrestre y las cinco nucleobases del ADN y ARN. La suma del triptófano eleva el número a 15 aminoácidos relevantes.
Servicio de Entrega Cósmica: Este descubrimiento se suma a la hipótesis de la "entrega cósmica", que propone que asteroides ricos en carbono sembraron la Tierra primitiva con los "ladrillos" esenciales para el surgimiento de las primeras reacciones biológicas.
El autor principal del estudio, Ángel Mojarro, señaló que las piezas de Bennu "son como piezas de un rompecabezas que aún no están ensambladas", pero que demuestran la fertilidad química del Sistema Solar temprano.
El Misterio de la Asimetría Biológica Persiste
Aunque Bennu resolvió el origen espacial de muchos ingredientes clave, aún quedan preguntas. Los análisis de los aminoácidos en el asteroide revelaron una mezcla racémica, es decir, que existían en versiones "zurdas" y "diestras" en proporciones iguales.
La vida terrestre, en cambio, adoptó casi exclusivamente la forma zurda. Este equilibrio en Bennu confirma que la asimetría biológica no surgió en el espacio ni en las etapas tempranas del Sistema Solar, sino en fases posteriores, bajo condiciones terrestres que la ciencia sigue investigando.
El estudio exige verificaciones adicionales, pero los expertos coinciden: Bennu conserva un registro extraordinario de la química que existía antes de la vida, confirmando que el cosmos pudo producir los ingredientes antes de que la Tierra los necesitara.