Queda poco más de un mes para volver a sentir las icónicas pisadas de un tyrannosaurus rex. Se trata de que estamos muy cerca de la vuelta de la saga nacida gracias a Steven Spielberg, Jurassic World: Rebirth, es la séptima entrega de Jurassic Park y apostará por presentar criaturas mutantes, bien como ya se pudo repasar en las películas anteriores y de una manera más dinámica y original en los videojuegos Jurassic World: Evolution 1 y Evolution 2. 

A pesar de que el protagonismo será más amplio, el metraje tendrá nuevamente como insignia al T-Rex, eso sí, será un dinosaurio un poco distinto a la icónica Rexy que habíamos visto a lo largo de toda la saga.

De acuerdo a Gareth Edwards, director del largometraje, en Empire, este T-Rex será "más grande, más corpulento y aún más malhumorado", siendo además un espécimen de una raza de tiranosaurio distinta. Así lo presenta el cineasta: "Si fueran dinosaurios haciendo una peli no dirían: 'Aquí viene uno y otro humano'. Dirían: 'Aquí viene Robert De Niro, y aquí tenemos a Javier Bardem. Este T-Rex está interpretado por otro actor distinto del original de Jurassic Park".

El T-Rex con el que soñó de niño su director

Para darle vida, Edwards y su equipo tuvieron varias fuentes de inspiración: el Bull T. Rex de la línea de juguetes The Lost World: Jurassic Park lanzada por Kenner en 1997 y, sobre todo, El valle de Gwangi, un mítico wéstern de fantasía con Ray Harryhausen (Jasón y los argonautas) a los mandos del stop motion que puedes ver actualmente por Filmin con el que creció toda una generación de cineastas, Edwards incluido: "El T. Rex de Rebirth es más o menos como, de niño, siempre pensé que luciría un tyrannosaurus rex. Estoy encantado con él". Y nosotros.

Jurassic World: Rebirth se estrena en cines este próximo 2 de julio con Scarlett Johansson, Mahershala Ali, Jonathan Bailey, Rupert Friend como estrellas del reparto.