Aunque el partido de la Selección Argentina acaparó la atención del martes, Gran Hermano no se quedó atrás y sorprendió con una gala cargada de tensión. En un horario especial, se disputó la última prueba del líder, que quedó en manos de Ulises, y se vivió un "Congelados" totalmente inesperado.

Durante el famoso juego en el que los participantes deben permanecer inmóviles, seis misteriosos encapuchados -miembros de la producción- ingresaron a la casa y comenzaron a desmantelarla por completo. Se llevaron muebles, elementos de uso diario y hasta objetos decorativos, dejando el lugar casi vacío ante la mirada atónita de los jugadores.

Sin muebles y con tensión al límite

La escena dejó a los seis finalistas sin palabras. Literalmente. Incapaces de moverse, observaron cómo la casa más famosa del país era desvalijada sin poder reaccionar. No se trató de visitas familiares ni de ex participantes, como suele suceder, sino de una especie de "robo simbólico" que podría estar vinculado a una nueva consigna.

El sorpresivo hecho se da cuando quedan pocos días para la gran final, en un contexto en el que cada detalle suma tensión y estrategia. A esto se suma que Ulises, como último líder, obtuvo el beneficio de los votos dobles para la gala de nominación.