En 1993, Emmanuel Macron tenía apenas 15 años cuando conoció a Brigitte Trogneux, su profesora de teatro y literatura en el colegio jesuita La Providence, en Amiens. Ella tenía 40 años, estaba casada y era madre de tres hijas. Una de ellas, incluso, era compañera de clase del joven Macron.

El vínculo comenzó en los ensayos de una obra teatral. Compartían lecturas, pasiones literarias y largas conversaciones. La relación se mantuvo en secreto, pero pronto el rumor estalló: el colegio recibió denuncias anónimas, los vecinos murmuraban y la familia de Macron reaccionó de inmediato. Lo enviaron a estudiar a París para cortar el vínculo. A pesar de todo, él le hizo una promesa antes de partir: "Volveré y me casaré contigo".

La atracción entre ambos surgió en las clases de teatro y lecturas compartidas. La complicidad intelectual se volvió emocional, y finalmente amorosa.

Brigitte, nacida en una tradicional familia chocolatera de Amiens, vio su mundo derrumbarse: se separó de su esposo, fue apartada por parte de su familia y perdió su círculo social. Pero eligió seguir su corazón. Años más tarde, en 2007, se casó con Emmanuel Macron.

Desde entonces, se convirtió en una figura clave pero discreta en la vida política del mandatario. Fue su asesora emocional, correctora de discursos y apoyo constante, tanto durante su paso por la banca como en su camino hacia el Palacio del Elíseo. Su hija menor, Tiphaine, incluso participó en la campaña presidencial de 2017, donde Brigitte tuvo un rol crucial en la imagen pública del candidato.

Rumores, críticas y un nuevo gesto que generó revuelo

A lo largo de los años, la pareja enfrentó burlas y ataques por su diferencia de edad. En redes sociales y medios, Brigitte fue blanco de comentarios sexistas y apodos crueles. Sin embargo, nunca dejaron de mostrarse unidos.

Ahora, un nuevo episodio volvió a sacudir a Francia: durante una visita oficial a Vietnam, Brigitte apartó bruscamente el rostro de su esposo frente a las cámaras. El gesto, captado en video, generó una oleada de especulaciones y comentarios en redes sociales. Aunque no hubo declaraciones oficiales, el episodio reavivó el interés por una de las historias de amor más intensas y controversiales de la política europea.