Citas rápidas en siete minutos: la tendencia que conquista a los argentinos cansados de las apps
Las noches de speed dating ganan terreno en Buenos Aires como una forma diferente y divertida de conocer gente cara a cara. En solo siete minutos, los participantes buscan generar conexiones reales sin depender de la virtualidad.
En tiempos donde las aplicaciones de citas dominan las relaciones, una nueva tendencia gana protagonismo en Argentina: las citas rápidas o speed dating. En estos encuentros, los asistentes tienen apenas siete minutos para conversar con diferentes personas y descubrir si existe química más allá de la pantalla.
"Toda la gente que está acá, está teniendo citas", explica Hillary Roman, la organizadora de las populares noches de speed dating que ya atraen a cientos de jóvenes y adultos en Buenos Aires. "La idea es generar vínculos reales. Las charlas duran unos siete minutos, porque suelen ser 11 hombres y 11 mujeres, y queremos que la dinámica sea ágil y divertida", agrega.
Durante el evento, cada mesa tiene una caja con preguntas para romper el hielo y facilitar el diálogo. Tras cada ronda, los participantes cambian de lugar y, al final, comparten una actividad grupal para fomentar amistades y nuevas conexiones. "Es un espacio pensado para disfrutar, conocer y desconectarse de las pantallas", remarca Roman.
Cómo funciona el proceso de match
Al terminar las rondas, cada participante anota en una hoja si quiere volver a contactar a las personas con las que conversó. El equipo organizador revisa esos formularios y, en caso de coincidencia, los pone en contacto al día siguiente. "Así evitamos momentos incómodos y cuidamos la privacidad de todos", explica Hillary.
El encuentro se realiza en bares con diferentes propuestas gastronómicas y la entrada, que cuesta entre 20 y 25 mil pesos, incluye un trago. "Es más económico que una cita convencional y te permite conocer a once personas en una noche", destaca la organizadora.
Una experiencia inclusiva y para todas las edades
Lejos de limitarse a los más jóvenes, las noches de citas rápidas incluyen franjas etarias variadas. "Hacemos eventos para personas de 20 a 30, de 30 a 40, de 40 a 50 y hasta de 55 a 70 años, porque lo pedían muchísimo", comenta Hillary.
Más allá del objetivo romántico, muchos asistentes valoran la posibilidad de ampliar su círculo social y crear amistades en un ambiente relajado y sin presiones. "Hay un cansancio general con las apps. La gente quiere volver a mirar a los ojos y conocer personas reales", asegura la organizadora.
Amor sin pantallas
Para muchos, estas experiencias representan un regreso a lo esencial: el contacto humano. "La virtualidad cambió la forma en la que nos relacionamos. Yo misma empecé esto porque estaba agotada de las apps y necesitaba conocer gente de verdad", cuenta Hillary.
Y aunque no todos los encuentros terminan en una pareja, los resultados hablan por sí solos. "Sí, se han formado parejas. Hay gente que se sigue viendo desde hace meses", confirma la organizadora, quien ya planea expandir el formato a otras ciudades del país.