1978: el insólito año en el que hubo tres papas en el Vaticano
Un año marcado por muertes sorpresivas, un pontificado fugaz y el inicio de una nueva era para la Iglesia Católica.
El calendario marcaba 1978 cuando la Iglesia Católica vivió uno de los capítulos más inusuales de su historia reciente: en solo tres meses, tres papas ocuparon el trono de San Pedro. Este hecho extraordinario, que no se veía desde el siglo XVII, dejó una huella imborrable y transformó el rumbo del catolicismo a nivel global.
Todo comenzó el 6 de agosto, con la muerte de Pablo VI, quien había liderado la Iglesia durante 15 años y fue figura clave del Concilio Vaticano II. Su partida abrió paso al cónclave que eligió a Albino Luciani, entonces patriarca de Venecia, como nuevo pontífice.
Pablo VI
Juan Pablo I: la sonrisa que duró apenas 33 días
Luciani eligió llamarse Juan Pablo I, un gesto de unidad entre sus antecesores Juan XXIII y Pablo VI. Su estilo cálido, cercano y humilde lo hizo ganarse el cariño de muchos fieles en tiempo récord. Sin embargo, su papado fue el más breve del siglo XX: murió repentinamente el 28 de septiembre, solo 33 días después de asumir.
Juan Pablo I
Aunque oficialmente se atribuyó su muerte a un infarto, el velo de misterio que rodeó el hecho alimentó toda clase de teorías y especulaciones. Su fallecimiento obligó a convocar otro cónclave casi de inmediato, algo completamente inusual.
Juan Pablo II: el papa que cambió la historia
En ese segundo cónclave, el Colegio de Cardenales eligió a Karol Wojtyla, arzobispo de Cracovia. Su elección sorprendió al mundo: se trataba del primer papa no italiano en más de cuatro siglos. Asumió el nombre de Juan Pablo II, en homenaje a su predecesor, y marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia.
Juan Pablo II
Durante más de 26 años, Juan Pablo II fue un líder influyente a nivel global. Jugó un papel clave en el derrumbe del comunismo en Europa del Este, llevó el mensaje de la Iglesia a todos los rincones del mundo y dejó un legado imborrable en la política internacional y en la fe católica.