Fin de una etapa en La Ciudadela

El Club Atlético San Martín de Tucumán atraviesa un momento decisivo en su historia institucional. Tras la renuncia de una parte mayoritaria de la Honorable Comisión Directiva, la conducción quedó a cargo del presidente Rubén Moisello y de Miguel Vivanco, miembro de la Comisión Fiscalizadora.

Desde la entidad se informó que el llamado a elecciones fue fijado para el domingo 30 de noviembre, con plazo límite para la presentación de listas hasta el sábado 22 del mismo mes.

La decisión marca el cierre de un ciclo de gestión y abre el camino a una nueva etapa política en el club, en medio de un clima de autocrítica y reflexión.

"El golpe más duro fue Rosario"

En diálogo con la prensa, Moisello reconoció que la derrota ante Aldosivi en la final por el ascenso fue un punto de inflexión: "Una desilusión muy grande. Hicimos todo lo posible, con errores, pero con buena intención. El golpe más fuerte fue Rosario: ese partido nos quebró a todos".

El dirigente explicó que el exceso de confianza y el entorno que rodeó al plantel fueron factores determinantes.

"Había un clima de triunfo asegurado. Se tergiversaron cosas y se habló de fiesta, pero fue mentira. Tal vez el error fue permitir tanto movimiento alrededor del equipo. Fue un exceso de confianza que nos costó caro".

Desgaste, críticas y el peso de las redes

Con el paso del tiempo, el ambiente interno se deterioró. Según Moisello, el desgaste fue inevitable: "Después de Rosario todo cambió. El clima, la relación con la gente, el ánimo. En septiembre tuvimos el primer mes en que no pudimos pagar todos los servicios. Entendí que el ciclo estaba agotado".

Las redes sociales y la hostilidad en la cancha también fueron parte del problema

"Se instaló una cultura del insulto. Se decía cualquier cosa y muchos lo repetían como verdad. Eso destruyó la confianza hacia la dirigencia y el plantel. Un día me insultaron delante de mi nieto; fue el peor momento".

Logros institucionales y autocrítica

Pese al dolor por no lograr el ascenso, Moisello defendió la gestión institucional y económica: "Dejamos un club ordenado. Pagamos planes atrasados, regularizamos aportes, hicimos obras y mejoramos la infraestructura. Hoy el estadio tiene museo, cantina y microestadio. Las cuentas están claras".

El presidente reconoció también errores en la comunicación y en decisiones futbolísticas: "A veces cedimos ante la presión popular. El fútbol no es una encuesta: hay que sostener los proyectos. Y también nos encerramos demasiado; no explicamos lo suficiente".

Elecciones y el futuro del club

El llamado a elecciones representa una oportunidad de renovación institucional. Moisello pidió unidad y compromiso a los socios de San Martín: "El nuevo presidente tiene que unir. Que convoque a todos los sectores y vuelva a juntar a la familia sanmartiniana. San Martín exige carácter, no solo fútbol. Tenemos que recuperar esa mística".

Aunque aseguró que no volverá a ocupar un cargo dirigencial, dejó abierta la puerta para colaborar de forma ad honorem: "No volvería a ser dirigente, pero si me necesitan, estaré para ayudar. Lo hice por amor al club, y no me arrepiento".

Un cierre con esperanza

Con más de tres años de gestión, Rubén Moisello cierra una etapa marcada por el esfuerzo, las obras y la frustración deportiva.

El 30 de noviembre se definirá quién tomará las riendas del club, en un contexto donde los hinchas reclaman resultados, pero también anhelan recuperar el sentido de pertenencia que siempre caracterizó a San Martín de Tucumán.