Tucumán extraña a su tercer equipo de fútbol
San Jorge, el club que hacía jugar a los pibes del "Deca" y del "Santo" que no tenían lugar en sus equipos. Una gestión deportiva que le sacó jugo a los futbolistas tucumanos y que estuvo al borde de llegar a la Primera Nacional. El descenso de Alvarado de Mar del Plata se celebró en lo más profundo del fútbol tucumano.
¿Quién es el tercer grande de la provincia? Por historia futbolera y convocatoria, seguramente ese lugar se definiría entre Atlético Concepción, Sportivo Guzmán y Central Norte; aunque para gustos no hay nada escrito y hay otros clubes que también han escrito líneas importantes en la historia del fútbol grande, como Ñuñorco y Concepción Fútbol Club, entre otros. Aun así, hay otro club tucumano que en muy poco tiempo de vida fue noticia por haber llegado desde la Liga Tucumana hasta las puertas del ascenso a la Primera Nacional (B Nacional en esa época). Hablamos de San Jorge, que hoy vuelve a la memoria de todos tras el descenso de Alvarado de Mar del Plata, el equipo que, tras una polémica final, le arrebató la posibilidad de jugar en la segunda categoría del fútbol argentino. Luego de ese "robo deportivo", el "Expreso Verde" se desafilió de la AFA y dejó de competir en sus torneos.
Así nacía una leyenda
San Jorge nació en 2008 y fue fundado por el empresario Marcelo Sáez, que entendía que en la provincia había jugadores con la habilidad suficiente como para pelear los campeonatos de ascenso de la AFA. "El Expreso" nace en un contexto en el que tanto San Martín como Atlético habían logrado salir del Argentino A para llegar al poco tiempo a la Primera División; pero también en una época en la que Ñuñorco y La Florida perdían la plaza en ese Argentino A y regresaban a las categorías de fútbol amateur.
Sin tener cancha, San Jorge armó un equipo y empezó a jugar en el estadio Luis Hayward, la casa de Central Norte. Nunca fue un club popular, a pesar de sus buenos resultados, que le permitieron ascender rápidamente al Argentino B en 2011. En esa categoría dio el batacazo: llegó a la final contra Guaraní de Posadas y la perdió, pero tras esa derrota jugó una promoción contra la Comisión de Actividades Infantiles (histórico club de la Patagonia) y terminó dando la vuelta olímpica en el estadio Municipal de Comodoro Rivadavia.
En la tercera categoría del fútbol argentino la dificultad creció y el equipo enfrentó mayores desafíos económicos; de todas formas, supo sortear las dificultades e ir de menor a mayor, hasta el día fatídico, cuando una bajada de pulgar le cerró las puertas de ascender a la B Nacional. En el medio, dejó bien alta la bandera tucumana, plantándose ante rivales importantes que jugaban a cancha llena, como San Martín, Talleres, Chaco Forever y Racing de Córdoba, entre otros.
A pesar de todo ese éxito deportivo, la gente nunca acompañó y "El Expreso" no logró congregar una hinchada propia en una provincia en la que el "Deca" y el "Santo" enamoran a los tucumanos. No parecía haber lugar para otro bloque, pero la buena gestión deportiva le permitía a San Jorge crecer a pesar de algo tan vital como contar con el apoyo popular en donde de verdad importa: en las tribunas.
Talentos tucumanos
El secreto del "Expreso Verde" estuvo en el scouting. Un modelo casi copiado al de Defensa y Justicia, que todos los años se nutre de lo mejor que le dejan las reservas de Boca y River para armar un plantel competitivo en la Primera División. En Tucumán, San Jorge se nutría con lo que San Martín y Atlético le prestaban: jugadores de reserva que pedían minutos en la cancha y otros de la Liga Tucumana que buscaban la oportunidad de crecer y jugar la tercera categoría de nuestro fútbol.
Así podemos enumerar a varios "Decanos" y "Cirujas" que se pusieron la casaca verde y conformaron un equipo histórico: Nicolás Carrizo (hoy segundo arquero del "Santo"), Nico Roldán, Alejandro Montiel, Martín Peralta, David Valdez (ex Atlético, luego recaló en Chaco Forever, donde desde hace años es capitán), Lucas Ontivero, César More, César Montiglio y Emiliano Cuevas, entre otros. A ellos se les sumaban tres hallazgos propios del club que demostraron que en la Liga Tucumana también sobra talento: Ricardo Tapia, Álvaro Pavón y Franco Zambrano, referentes que vivieron casi todo el proceso de ascenso.
Con ese sistema, San Jorge cumplió un rol social muy importante: le dio oportunidades a los deportistas. No solo para que jugaran y se mostraran, sino que también algunos pudieron capitalizar la experiencia y pasar luego a clubes más importantes. Incluso pudieron emigrar a equipos que hoy juegan la Primera Nacional y, por lo tanto, pudieron jugar profesionalmente al fútbol. Oportunidad que difícilmente habrían conseguido si estos jugadores permanecían en las reservas de Atlético o San Martín.
Esa es la razón por la que Tucumán extraña a su tercer equipo y, sobre todo, a San Jorge. Siempre quedó la duda de hasta dónde podría haber llegado una gestión así en un club con un poco más de seguidores, como los que nombramos al principio de esta nota. Hoy Sportivo Guzmán, Jorge Newbery y Graneros son los tres equipos tucumanos que marcan una cierta regularidad como para aspirar a construir un proyecto similar.
Las grandes provincias tienen a sus "clubes medianos" que les sirven a los grandes como red de contención, pista para ganar rodaje y vidriera de venta. Córdoba, por ejemplo, es tan grande que tiene tres grandes equipos formadores: Talleres, Belgrano e Instituto. Los tres en Primera, pero además la Docta tiene a Racing de Córdoba y a Estudiantes de Río Cuarto (hasta hace poco también tenía a Sportivo Belgrano) en la Primera Nacional, que además de formar, reciben con los brazos abiertos a los jóvenes talentos sin lugar.
Mendoza también tiene tres clubes, y si Gimnasia logra el ascenso, los tres jugarán en la máxima categoría. Santa Fe históricamente tuvo cinco equipos; hoy Atlético Rafaela bajó a la tercera categoría. Finalmente, Santiago del Estero tiene a sus tres equipos en los dos campeonatos más importantes del país, aunque Güemes y Mitre no estén pisando fuerte en la Primera Nacional.
Un polémico final
En junio de 2019, San Jorge y Alvarado de Mar del Plata jugaron la final por el segundo ascenso a la Primera Nacional. La ida se jugó en el Ángel Pascual Sáez, la cancha que el Expreso construyó en San Andrés, y terminó 0 a 0, a pesar del polémico arbitraje que le anuló un gol.
La vuelta se jugó en el estadio Minella, que estuvo colmado de hinchas del "Torito" y donde la mano del árbitro Adrián Franklin se hizo sentir. Que la final haya sido televisada no intimidó al pito, que inclinó la cancha considerablemente a favor de los marplatenses. Alvarado llegó al gol en el primer tiempo, y el segundo no se jugó: San Jorge salió al complemento y los jugadores se sentaron en la cancha en protesta por el alevoso arbitraje que estaban sufriendo. La final se dio por terminada y Alvarado se llevó el manchado ascenso. Al "Expreso Verde" esto le costó una sanción económica y perder la categoría, pero entonces Marcelo Sáez respondió que no jugarían ni siquiera el Argentino B y que el equipo se desafiliaba.
Hoy en día San Jorge apuesta al fútbol femenino, al básquet y a tratar de conformar una comunidad deportiva en San Andrés, pero el sábado estuvo en boca de todos cuando se confirmó que Alvarado descendió al Federal A, luego de caer goleado 5 a 0 por Arsenal de Sarandí.