Que sea un mundial de fútbol y no de "soccer"
Estados Unidos no parece listo para recibir al máximo certamen deportivo del mundo. Algunos detalles durante el sorteo avizoran un nuevo fiasco, como lo fue la organización de la Copa América realizada en 2024 en ese país
No entienden el fútbol y no parecen realmente interesados en intentar aprender y dominar el deporte que reina en casi todo el planeta. Guiada por el interés económico, la FIFA vuelve a darle una oportunidad de ser anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol al único país que denomina "soccer" a este deporte y que curiosamente le llama fútbol a otra disciplina que se juega principalmente con las manos, y no con los pies.
El sorteo del mundial expuso que, posiblemente, los gringos volverán a no estar a la altura de la organización, como ya ocurrió en 2024 con la Copa América.
Es cierto que Canadá y México también son anfitriones, pero Estados Unidos ya hizo quedar mal a las tres naciones con el solo hecho de fallar en algo tan simple como albergar a los invitados para el sorteo de los grupos de la copa. Y falló por duplicado, en primer lugar por la impuntualidad: el evento debía comenzar a las 14 (hora argentina), pero el arranque se estiró hasta las 16, entre otras cosas, porque el presidente Donald Trump estaba demorado y quería estar presente.
¿Quién los conoce?
Aunque para muchos pasó desapercibido, el segundo detalle me resulta mucho más grave porque denota que Estados Unidos no es consciente del calibre de la competencia que está recibiendo. Hasta parece ningunearla, en complicidad implícita con la FIFA. Ese segundo yerro fue que Rio Ferdinand era el único referente del fútbol que formaba parte de la ceremonia.
Sería un detalle casi menor decir que Ferdinand ni siquiera sabe lo que es jugar en América, porque lo verdaderamente decepcionante fue ver que los invitados a seleccionar las bolillas de los copones eran las "estrellas" norteamericanas de los deportes que casi nadie mira: Tom Brady, siete veces campeón de la NFL (fútbol americano), Wayne Gretzky, considerado el mayor exponente del hockey sobre hielo; y Aaron Judge, capitán de los Yankees de Nueva York y referente de la MLB (beisbol).
Por supuesto que voy a separar de esta lista al basquetbolista Shaquille O´Neal, que si bien no sabe lo que es patear una pelota, al menos no podemos discutirle su fama mundial; pero el resto del elenco pareció conformar un acto publicitario de "los grandes deportes yankees que usted debería mirar". Y si, impulsado por los canales de la FIFA.
Parecen boludeces, pero no lo son. En el sorteo del mundial organizado por tres países, no solo no se convocó a ex estrellas del fútbol, sino que sólo participaron de la ceremonia estadounidenses randoms, porque seguramente Brady o Gretzky pasarían desapercibidos si caminaran por cualquier peatonal argentina, española, japonesa, sudafricana o australiana. Sin exagerar.
Y el tema es que sí había estrellas a las que se podía convocar para que representen a la Concacaf: el mexicano Hugo Sánchez fue un artillero histórico del Real Madrid, por ejemplo. David Beckham (presente como invitado) es la principal cara de la Major League Soccer (MLS), vino como jugador y puso en el mapa a esta liga emergente y hoy tras su retiro preside al Inter Miami de Messi, Luis Suárez y otras estrellas. Pero Beckham no fue el único: Thierry Henry y Kaká, ganadores del balón de oro, fueron otras estrellas despreciadas para esta ceremonia; también Ibrahimovic, Robbie Keane; e incluso los talentos locales como Landon Donovan, Brad Friedel y Tim Howard que a pesar de haberse formado en el país del "soccer" hicieron carreras bastante dignas en el fútbol internacional. Pero a ellos no se los invitó formar parte de la organización de la fiesta.
Antecedente negativo
Quizás exagero y todo esto no tenga incidencia directa en el mundial 2026, pero hay otros factores y también hechos no se los puede refutar: Estados Unidos viene de fallar groseramente en al organización de la última Copa América, siendo los incidentes en el ingreso a la final la frutilla de ese fracaso.
Ese día se destinó el Hard Rock Stadium para albergar la final entre Argentina y Colombia, pero todo salió mal: desde entradas truchas que fueron validadas hasta miles de hinchas que habían pagado una fortuna y no podían acceder porque el estadio ya estaba colmado. Lógicamente eso estalló en caos con la policía, porque claramente si aquí tenemos problemas con la violencia en el fútbol pues allá también los íbamos a llevar ¿o los gringos habrán creído que los barras argentinos y colombianos se iban a ir calladitos a casa después de sufrir una estafa?
El bochorno salió en todos lados y las imágenes dieron vuelta al mundo.
También podemos recordar que Estados Unidos tiene como antecedente haber organizado el mundial de 1994, que paradójicamente mostró muchos puntos altos que luego no se replicaron en la organización de las copas Américas 2016 y 2024. Pero en el mundial 1994, donde participaron 24 selecciones, se batieron récords de asistencia y no se registraron situaciones lamentables por falta de organización. Además ese torneo impulsó dos cosas: que se comenzara a conformar la actual MLS y que la FIFA descubriera que a veces un país sin tradición futbolera podía llegar a ser una de las mejores sedes, y no solo en cuanto a ganancias económicas.
Lo concreto es que la Copa del Mundo 2026 está a la vuelta de la esquina ¿con qué cara de la moneda norteamericana nos encontraremos?
Los pasajes están caros, pero si viaja a Estados Unidos para el mundial de "soccer" siga el consejo publicitario de la FIFA y no olvide también pasar a ver algún partido de la NFL, la NBA o la MLB ¡quizás el espectáculo lo cautive!