Este fin de semana la Fórmula 1 retomará su actividad con el Gran Premio de Imola, en la que será el regreso de  Franco Colapinto a la máxima categoría del automovilismo a nivel mundial. Será en el marco del séptimo GP del año, la escudería francesa se puso objetivos para dejar atrás el mal desempeño de Pierre Gasly y Jack Doohan, este último reemplazado por el argentino.

Cómo fue el último Gran Premio

Durante el Gran Premio de Miami, los pilotos de Alpine estuvieron lejos de cumplir con los objetivos fijados antes de la carrera. En primer lugar, Gasly terminó 18° en la clasificación del sábado y largó desde el pitlane después que el equipo decidiera realizar cambios en la suspensión de su monoplaza. Finalizó decimotercero, avanzando varios puestos en la grilla pero quedando lejos de los primeros lugares.

Por su parte, Doohan finalizó decimocuarto en la Qualy, pero en la largada de la carrera chocó con Liam Lawson, de Racing Bulls y después pinchó el neumático delantero izquierdo que lo obligó a frenar y abandonar definitivamente, terminando en el último puesto del GP de Miami.

Todo esto hizo que el piloto número 1 de Alpine lanzara duras declaraciones contra su equipo en la rueda de prensa post Miami. En la misma, el francés declaró que estaban siendo "demasiado lentos" y que no estuvieron a la altura, comparándo el rendimiento con los anteriores GP.

La renuncia de Oliver Oakes y la llegada de Colapinto

Ahora, con la llegada de Colapinto y tras la renuncia de Oliver Oakes como jefe de Alpine, la escudería francesa buscará volver a su mejor nivel en el GP de Imola y dejar atrás lo hecho en Estados Unidos, intentando volver a los primeros diez puestos que suman puntos para la tabla de posiciones.

El otro desafío será retomar dicho nivel con los mismos autos, porque el equipo de Alpine ya anunció que los monoplazas para Imola no tendrán muchas modificaciones, y su justificación fue que con esos coches lograron buenos resultados en Australia, China y Bahréin.