Atlético Tucumán venía en un contexto complicado. Antes del partido frente a San Lorenzo, el plantel tomó una decisión fuerte: no concentrar, en reclamo por premios adeudados. Esa tensión se trasladó directamente a las tribunas del Monumental José Fierro, donde los ánimos ya estaban caldeados.

El Decano arrancó arriba en el marcador, lo que parecía calmar las aguas, pero todo se desmoronó en el cierre del primer tiempo, cuando el Ciclón empató en la última jugada. Desde ahí, el partido se volvió un hervidero.

Leandro Díaz, caliente con los hinchas

Cuando los jugadores se iban al vestuario tras el primer tiempo, los insultos desde la platea no se hicieron esperar. Leandro Díaz, capitán y referente del equipo, no se quedó callado: les pidió a los hinchas que apunten su enojo hacia la dirigencia, no hacia los jugadores.

Pero el momento más tenso estaba por llegar. Ya con el partido terminado y la derrota 2-1 en el bolsillo, el Loco explotó.

"Abrime la puerta"

En plena calentura, Díaz se acercó a un colaborador del club y le hizo un pedido insólito: que le abriera la puerta para ir a la platea a encararse con un hincha. El delantero ya lo había identificado y estaba decidido a decirle unas cuantas cosas cara a cara.

El hincha también se acercó al vidrio que separa la cancha de la platea, y por unos segundos, estuvieron a punto de cruzarse. La situación no pasó a mayores gracias a la intervención de otros presentes, pero quedó claro que el clima en Atlético Tucumán está lejos de ser el ideal.

Más allá del resultado, lo que quedó en evidencia es la tensión interna que vive el club. El conflicto por las deudas, la relación rota con parte de la hinchada y las reacciones desmedidas son señales de que algo no anda bien puertas adentro.

Leandro Díaz, figura y voz fuerte en el vestuario, mostró una vez más su carácter, aunque esta vez, quizás, lo llevó demasiado lejos.