El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona atraviesa un escándalo judicial que amenaza con frenar el debate oral. La jueza Julieta Mackintach, integrante del Tribunal Oral Criminal N°3 de San Isidro, fue denunciada penalmente por haber autorizado presuntamente el ingreso de una productora audiovisual a las audiencias sin el consentimiento formal de todas las partes. La fiscal Carolina Asprella, del fuero Criminal del departamento judicial de San Isidro, ya abrió una causa para investigar posibles irregularidades administrativas bajo la carátula de "averiguación de ilícito".

El conflicto estalló en la última audiencia, cuando se reveló que dos personas ingresaban regularmente a la sala con supuestos fines de grabación para un documental, sin haber sido presentadas como parte oficial del juicio. La jueza Mackintach reconoció haber autorizado su presencia, pero negó cualquier vinculación con un proyecto audiovisual. Según declaró, uno de ellos era pareja de una amiga y la otra, una amiga de la infancia.

Una denuncia que pone en pausa el juicio por Maradona

La situación generó tal nivel de tensión que el juicio podría quedar suspendido temporalmente hasta que se defina la suerte de la magistrada. "Hasta que no se aclare esta denuncia, no se puede continuar el juicio", afirmaron fuentes judiciales a Infobae. La defensa de los imputados, representada entre otros por Fernando Burlando (abogado de Dalma y Giannina Maradona) y Julio Rivas (defensor de Leopoldo Luque), ya reclamó el apartamiento inmediato de Mackintach del tribunal.

El foco de la controversia se intensificó cuando Rivas denunció públicamente la presencia sospechosa de dos personas en el público, a quienes identificó como posibles infiltrados con fines documentales. Una de ellas fue señalada en una grabación oficial de la primera audiencia, hablando al oído de un camarógrafo que filmaba de forma clandestina. Según trascendió, ese camarógrafo fue advertido por personal de seguridad y detuvo la filmación.

La supuesta operación contaría con el aval de la jueza, ya que el nombre de los presuntos infiltrados figuraba en la lista de autorizados a ingresar, conforme lo corroboraron dos testigos citados por la fiscalía.

¿Documental encubierto o invitación personal?

El material reunido hasta ahora indica que, aunque no existe un documental terminado ni un proyecto vendido, una productora audiovisual habría empezado a recolectar material desde el inicio del juicio. Uno de los asistentes, señalado como fundador de esa productora, fue visto en la primera jornada al lado del camarógrafo y de la amiga de la jueza, pero no volvió a presentarse. En cambio, el otro asistente -identificado como J., escritor autodefinido como maradoniano- siguió concurriendo con regularidad.

Mackintach aseguró en su defensa que invita habitualmente a conocidos a presenciar debates públicos, algo que está dentro de sus atribuciones como magistrada. Sin embargo, desde la Subsecretaría de Comunicación y Medios de la Suprema Corte bonaerense remarcaron que el tribunal es el único organismo con potestad para decidir sobre la publicidad, disciplina y conducción del juicio.

¿A un paso del apartamiento?

El episodio más tenso ocurrió cuando Mackintach intentó presidir el juicio reemplazando a su colega Maximiliano Savarino. Justificó el cambio como una cuestión administrativa, pero el movimiento fue rechazado por los abogados defensores, que solicitaron un cuarto intermedio. Finalmente, el tribunal volvió a su conformación original.

Este martes será clave: se espera que el TOC N°3 analice el futuro de la jueza Mackintach. Según fuentes cercanas, su apartamiento es la opción más probable, al menos hasta que se esclarezca si efectivamente facilitó o encubrió el ingreso de una productora al juicio por Maradona.