Opinión

El poder, la pasión y las sorpresas en la Liga Profesional de Fútbol

Hablar de fútbol es remitirse a los potreros, al barrio, a la abuela que alienta al nieto, a los padres que madrugan los fines de semana y al hijo de la vecina, que cada domingo se levantaba tempranísimo para patear un rato en la plaza más cercana.

El fútbol es una pasión que mueve montañas. Es nuestra idiosincrasia, nuestra cultura, nuestro folklore y nuestro sentir popular. Algunos clubes son fenómenos masivos y tradicionales, mientras que otros, más ligados a sus barrios, empiezan a tener un lugar que antes no tenían en los diarios, en las radios y en el fútbol profesional.

Desde hace algunos años, esa pasión dejó de ser patrimonio exclusivo de los clubes denominados "grandes", como si el resto no tuviera derecho a la felicidad. Hoy la competencia parece un poco más equitativa y, en ocasiones, más justa.

En los mercados de pases se nota la desproporción económica entre instituciones. Los llamados "clubes de élite" tienen la obligación de ser protagonistas en torneos locales e internacionales, mientras que los más modestos se preparan con lo que tienen, cargados de ilusión y persiguiendo lo que, a veces, parece una utopía.

La diferencia se traza desde cuánto pueden invertir y qué jugadores incorporar, hasta la infraestructura que sostienen, sus ingresos por sponsors, socios y la repartición de los derechos televisivos. Sin embargo, los clubes más chicos, sin refuerzos estrella, mantienen hambre de gloria y apuestan a sus divisiones inferiores. Central Córdoba y Platense, últimos campeones de competencias argentinas, sorprendieron a propios y extraños, demostrando que con pibes de la cantera y ambición se puede romper la hegemonía de los grandes.

El fútbol, dicen algunos, es mágico; otros hablan de "la dinámica de lo impensado". Y los ejemplos sobran: en los últimos diez años, Lanús, Tigre, Central Córdoba y Platense levantaron títulos. Si miramos un poco más atrás, también lo hicieron Banfield y Argentinos Juniors.

Estos casos demuestran que la ilusión existe y que la sorpresa es posible a pesar de la gran brecha económica. Cuando ocurre, conmueve y contagia: hasta hinchas de otros colores se permiten soñar con que algún día les toque a ellos.

Hoy, para los clubes más modestos, es posible soñar lo que antes parecía reservado solo a los ricos y poderosos.

LOS TÍTULOS OBTENIDOS Y LA INERCIA

Sin embargo, estos triunfos no modifican el escenario general. La tendencia indica que los clubes con más recursos tienen ventaja para sostener campañas. Cuando un equipo chico logra un campeonato, al siguiente mercado de pases suele verse obligado a desprenderse de sus mejores jugadores. La infraestructura queda al límite y el plantel resulta demasiado corto para afrontar competencias internacionales como la Libertadores o la Sudamericana.

Entonces, la pregunta es inevitable: ¿en estos últimos diez años nuestro fútbol se volvió más federal? Los equipos grandes manejan presupuestos que les permiten traer nombres rimbombantes: Cavani, Banega, Muslera, Navas, Montiel, Acuña, Di María, Paredes... por nombrar algunos, varios campeones del mundo. Pero esas figuras no siempre garantizan resultados.

En paralelo, un club chico que accede a torneos internacionales, sin grandes apellidos, logra buenos resultados, con figuras menos conocidas y un hincha que acompaña con un orgullo único. Esa felicidad, muchas veces, resulta envidiable para quienes manejan la chequera.

Hoy, el hincha se ilusiona sin importar la camiseta. El torneo local -que para muchos veteranos sigue siendo lo primordial- se vive como la verdadera medida de identidad, constancia e historia de cada club.

LA LIGA PROFESIONAL: ¿ENTRE GIGANTES DORMIDOS Y SORPRESAS INOLVIDABLES?

Ese es el gran debate. Si se mira lo deportivo, los campeones tienen reconocimiento, cobertura y prestigio. Pero si se mide en poder económico, exposición internacional o lo que significa para un club chico clasificar a la Libertadores o la Sudamericana, el modelo actual sigue favoreciendo a los que más tienen.

Si queremos un fútbol más parejo, más federal y más entretenido, habría que revisar puntos como la distribución de ingresos televisivos, las ayudas federativas, los cupos regionales, los incentivos para mantener jugadores formados en casa y las inversiones en infraestructura en el interior.

En definitiva, se trata de generar un escenario en el que los triunfos "sorpresivos" dejen de ser excepciones aisladas y se conviertan en historias más frecuentes. Que más hinchas puedan vivir la experiencia de salir campeón, romper récords de camisetas vendidas y celebrar esa pasión que en Argentina se siente como en ninguna otra parte.

La grieta entre clubes grandes y chicos, entre el interior y Buenos Aires, parece difícil de cerrar. Pero, al menos hoy, la batalla se percibe un poco más posible de dar.


Esta nota habla de:
Últimas noticias de LPF
¿Cómo formaría Boca contra Central Córdoba ante la ausencia de Cavani y Zeballos?
Deportes

¿Cómo formaría Boca contra Central Córdoba ante la ausencia de Cavani y Zeballos?

Después del entrenamiento matutino salió la lista de 24 jugadores para el partido de este domingo a las 21:15 en la Bombonera.

Con un golazo olímpico de Di María, Rosario Central empató con Boca
Deportes

Con un golazo olímpico de Di María, Rosario Central empató con Boca

Rodrigo Battaglia había convertido primero para darle la ventaja parcial al Xeneize por 1-0.
Nuestras recomendaciones