Durante el saludo inicial del partido entre River Plate y Urawa Red Diamonds por el Mundial de Clubes 2025, una escena captó la atención de todos: el capitán del equipo japonés, el noruego Marius Hoibraten, rompió el protocolo de Fair Play al evitar el saludo con los jugadores del Millonario.

Con gesto serio, mirada firme y el banderín del club en la mano, Hoibraten decidió no interactuar con sus rivales, ignorando por completo a los campeones del mundo Marcos Acuña, Lucas Martínez Quarta y Gonzalo Montiel, quienes quedaron desconcertados ante el desplante. El resto del equipo japonés sí cumplió con la tradición y saludó normalmente.

Un mensaje agresivo desde Japón

La actitud del defensor no fue aislada. Antes de viajar a Estados Unidos, Takahiro Sekine, otro de los referentes del Urawa, había asegurado frente a sus hinchas que el torneo "sería una batalla", cargando el ambiente de tensión. El equipo, que representa a uno de los clubes más fuertes del fútbol asiático, llegó con un discurso combativo y con la intención de imponer presencia.

Una historia de poderío continental

Aunque solo ganó una vez la liga local (en 2006), el Urawa Red Diamonds es tricampeón de Asia (2007, 2017 y 2022), y es uno de los clubes más emblemáticos de Japón. Fundado en 1950 con raíces industriales, hoy combina estructura empresarial y éxito internacional.

En la fase de grupos, Urawa enfrentará ahora al Inter de Milán y cerrará con Rayados de Monterrey. Tras la derrota ante River (3-1), buscará recuperarse en un grupo muy competitivo.