Corinthians atraviesa una profunda crisis institucional luego de que el Consejo Deliberativo decidiera suspender de forma provisoria a su presidente, Augusto Melo, por denuncias de corrupción. La medida fue impulsada tras una investigación de la Policía Civil de São Paulo que vincula al dirigente con el desvío de fondos a una empresa ligada al Primer Comando Capital (PCC), la organización criminal más poderosa de Brasil.

El contrato con una casa de apuestas, en el centro del escándalo 

La polémica gira en torno a un acuerdo comercial con Vai de Bet, una casa de apuestas digitales. Según la investigación, parte del dinero de ese contrato habría sido canalizado hacia una empresa sospechada de tener conexiones con el PCC. Aunque Melo negó cualquier implicancia, las pruebas reunidas fueron suficientes para activar un proceso político en su contra.

En su reemplazo, asumió de manera interina el vicepresidente Osmar Stábile, mientras se convoca a una asamblea general de socios que deberá ratificar o revocar la decisión. Si se confirma su destitución, el Consejo elegirá un nuevo presidente que completará el mandato hasta 2026.

Melo se resiste a dejar el cargo y acusa una maniobra política

Horas antes de la votación, Augusto Melo dio una conferencia de prensa donde se mostró desafiante: "Voy a luchar por mi lugar", aseguró. Sin embargo, también deslizó un tono de despedida al enumerar los que consideró sus logros de gestión, como contratos de patrocinio y mejoras financieras.

Más allá del escándalo institucional, los resultados deportivos del club tampoco acompañaron. Pese a la llegada de figuras como el neerlandés Memphis Depay, Corinthians no logró el rendimiento esperado en las competiciones nacionales ni internacionales.

Una crisis que refleja los vínculos entre fútbol, dinero y crimen organizado

Este episodio deja al descubierto una red cada vez más compleja de intereses entre el fútbol, las apuestas, la política y las estructuras delictivas en Brasil. En medio de esta tormenta, Corinthians busca retomar la calma y salvar el rumbo deportivo sin perder aún más credibilidad.