Caos en San Lorenzo: el plantel no entrenó y exigió "respeto, dignidad y condiciones básicas"
El plantel profesional, encabezado por Iker Muniain, alzó la voz por la crítica situación económica del club.
Un paro que expone la crisis
La crisis en San Lorenzo sumó un nuevo capítulo este jueves por la mañana, cuando el plantel profesional decidió no presentarse a entrenar en reclamo de una importante deuda salarial. A días del partido frente a Argentinos Juniors por los cuartos de final del Torneo Apertura, los jugadores se reunieron temprano y resolvieron suspender la práctica como medida de protesta. El conflicto, que viene arrastrándose desde hace varios meses, se agravó tras una promesa incumplida de pago por parte de la dirigencia.
En medio de este panorama, Iker Muniain, capitán y referente del equipo, fue quien puso en palabras el malestar general a través de un comunicado difundido en redes sociales. El mensaje fue claro y contundente: la protesta no se limita a una cuestión económica, sino a la necesidad de condiciones laborales dignas y el respeto que cualquier trabajador merece.
Un mensaje fuerte desde el vestuario
En su publicación, Muniain expresó la indignación del grupo por la falta de respuesta ante una situación que, según el propio texto, afecta no solo su bienestar personal y familiar, sino también el funcionamiento diario del equipo. "Hemos sido pacientes y responsables, cumpliendo siempre con nuestra labor. Pero los hechos recientes son una burla a este grupo de trabajo", sentenció el jugador.
El capitán remarcó que el reclamo no busca generar conflicto, sino soluciones concretas. "Pedimos respeto, dignidad y condiciones básicas. Llevamos meses sin cobrar y esto ya no se sostiene más", afirmó. El comunicado rápidamente generó repercusión entre hinchas, dirigentes y el ambiente del fútbol local, dejando expuesta una situación que lleva tiempo gestándose en silencio.
Una transferencia frustrada y más tensión con la dirigencia
En las últimas horas trascendió que la AFA había girado una suma cercana a los 500 millones de pesos a San Lorenzo, como adelanto del contrato de televisión correspondiente a la próxima temporada. Sin embargo, el monto no llegó a manos del club: la cuenta receptora se encontraba embargada por otras deudas, y el dinero quedó automáticamente retenido.
Este episodio terminó por dinamitar el ya frágil vínculo entre el plantel y la dirigencia. Los jugadores se sintieron una vez más postergados, y la decisión de suspender el entrenamiento fue la gota que rebalsó el vaso. Con un partido clave a la vuelta de la esquina, la preocupación ahora no solo pasa por lo futbolístico, sino también por cómo impactará este conflicto en el rendimiento del equipo y en la estabilidad institucional del club.