Tucumán pierde más de $17 millones diarios por los siniestros viales
Cada día, 40 personas resultan heridas en accidentes de tránsito en la provincia. La mayoría involucra motos y deja un alto costo económico, sanitario y humano.
Lejos de ser casos aislados, los números son alarmantes en lo que refiere a los accidentes viales en Tucumán: 40 personas por día resultan heridas en accidentes de tránsito, lo que representa más de 1.200 víctimas mensuales atendidas entre hospitales públicos y privados.
De acuerdo con datos del Sistema de Gestión Hospitalaria (SGH), que recopila información de los principales centros de salud provinciales, las motos están presentes en el 82% de los incidentes, ya sea como único vehículo o en colisiones. El resto de los accidentes se distribuye entre autos, peatones, bicicletas y transporte pesado.
El impacto económico: más de $500 millones al mes
El costo de atender a las víctimas de siniestros viales es millonario. Según estimaciones oficiales:
Una atención en guardia cuesta $130.000
Tres días de internación rondan los $800.000
Nueve días: $4,3 millones
Quince días: $11 millones
Con 1.000 personas atendidas por mes en hospitales públicos, el Estado provincial gasta al menos $17 millones diarios solo en atención médica inmediata. Eso equivale a más de $500 millones mensuales y supera los $6.000 millones anuales. A esto hay que sumar gastos indirectos como traslados en ambulancias, mantenimiento de móviles, insumos, tratamientos prolongados y daños materiales.
El perfil de las víctimas: jóvenes y en moto
Los datos también muestran un patrón preocupante:
Más del 50% de los accidentados tiene menos de 30 años
El 70% son varones
El 86% recibe el alta en menos de 12 horas
El 14% queda internado
El 5% fallece (la mayoría en el acto o en las primeras 12 horas)
El 7% sufre lesiones permanentes o discapacidades
Por cada persona fallecida en un siniestro vial, se estima que hay al menos 35 lesionadas o con secuelas físicas y emocionales de por vida.
El costo invisible: familias rotas y cicatrices sociales
Más allá de los millones que se pierden, cada accidente deja marcas imborrables: familias desarmadas, jóvenes fuera del sistema laboral, tratamientos prolongados, discapacidad y sufrimiento emocional. La movilidad urbana no puede seguir ignorando el costo humano de la siniestralidad.