Emergencia en discapacidad: padres tucumanos piden medidas urgentes para sus hijos
Durante una movilización por la Ley de Emergencia en Discapacidad, familias tucumanas alzaron la voz en Plaza Independencia. Madres de niños con hipoacusia contaron cómo el ajuste impacta en sus vidas. "Si no los apoyamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?", dijeron
La Plaza Independencia se convirtió en escenario de una movilización urgente. Padres, madres y cuidadores de niños con discapacidad se reunieron para exigir la implementación de la Ley de Emergencia en Discapacidad, reclamando por prestaciones básicas como transporte, terapias y rehabilitación.
Entre los carteles y la emoción, Mariana, María, Guada y otra Mariana, madres de niños que asisten a la institución Oral Tucumán, compartieron sus historias y dejaron claro que la lucha por los derechos de sus hijos es diaria e inquebrantable.
Violeta, una niña que avanza a pesar de todo
"Mi hija se llama Eugenia Violeta Núñez", cuenta Mariana, su mamá. Violeta nació con hipoacusia bilateral, un diagnóstico irreversible que afecta su audición. Además, enfrenta dificultades para caminar y problemas visuales progresivos.
Gracias a un implante coclear y al aprendizaje familiar de lengua de señas, Violeta logró comunicarse mejor.
"Antes casi no hablaba, ahora se expresa mucho más. Aprendimos que comunicarse no es solo hablar: también se puede hacer con las manos, con el cuerpo, con el corazón", relata su madre, visiblemente emocionada.
Sin embargo, el temor persiste: "El miedo es que un día me digan que no puede seguir con sus terapias, que no hay más fondos, que se terminó la cobertura. Eso sería volver atrás. Y para Violeta, eso es perder todo lo que ya ganó".
"Si no los apoyamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?"
Para muchas de estas familias, la situación económica actual agrava el panorama. Los recortes en salud y discapacidad hacen cada vez más difícil sostener los tratamientos necesarios.
Otra mamá, también llamada Mariana, habló sobre su hijo Mateo, de 12 años, también diagnosticado con hipoacusia bilateral. Él fue implantado hace dos años, pero las sesiones terapéuticas fueron reducidas drásticamente.
"Cada vez tenemos menos prestaciones, y cada vez es más caro seguir. Hay semanas que no puedo pagar las sesiones. Y sin ellas, hay retrocesos. Ya nos pasó".
La pensión por discapacidad, según explica, no alcanza para cubrir todos los gastos. "Muchos piensan que con eso es suficiente, pero no ven lo que cuesta vivir con una discapacidad en la casa. No lo entienden... porque no les toca".
Una marcha que interpela a toda la sociedad
Las madres coinciden en algo: la indiferencia duele tanto como los recortes.
"La mayoría no apoya porque no lo vive. Pero esto le puede pasar a cualquiera. Y cuando les toque, recién ahí van a entender por qué marchamos", reflexiona Mariana.
La movilización fue una expresión de desesperación, pero también de esperanza. Las familias no piden privilegios, sino derechos básicos: acceso a educación, rehabilitación, transporte y contención.