Como cada 19, la iglesia Inmaculado Corazón de María -ubicada en la ciudad de San Miguel de Tucumán, donde se encuentra la imagen de San Expedito- volvió a llenarse de fieles que se acercaron para pedir, agradecer y mantener viva la devoción al santo. Historias simples, de fe cotidiana y esperanza en medio de días difíciles.

Entre los pedidos más comunes, la familia volvió a ocupar el primer lugar: "Siempre la familia primero", contaba una mujer que llegó a mitad de su jornada laboral para pedir por sus hijos y por "los problemitas de siempre" que esperan resolver con la ayuda del santo.

Agradecer: el otro motivo que convoca

Además de los pedidos, muchos fieles llegaron solo a dar las gracias. Agradecieron la salud, el trabajo y "las cosas simples que uno a veces no valora".

Otra devota destacó: "Lo principal es despertarse, tener salud y ver a los hijos bien". Para varios, este 19 fue un día de gratitud más que de súplicas.

Fe que mueve: promesas, ofrendas y gestos de devoción

Durante la mañana se celebraron misas a las 7, 8:30 y 10, y continuaron a lo largo del día. Entre los gestos más conmovedores, algunos ingresaron de rodillas como forma de ofrenda y oración profunda.

Varias familias llevaron flores, mercadería y otros presentes al santo. Una mujer que ingresaba con su hija explicó que solo venía "a agradecer por la vida y la salud".

Un punto de encuentro en tiempos difíciles

Entre pedidos de salud para seres queridos, agradecimientos por mejoras pasajeras y promesas personales, la constante fue la fe.

Un hombre que llegaba antes de entrar al trabajo lo resumió así: "Vengo por la fe, nada más".

La postal final del día fue la de cientos de personas entrando en silencio al templo, buscando en San Expedito un apoyo, un consuelo y un poco de esperanza para seguir adelante.