Trump endurece la presión sobre Maduro con la incautación de petroleros y Lula impulsa una salida diplomática

Estados Unidos confiscó otros dos buques petroleros venezolanos y profundizó la asfixia económica sobre el chavismo.

En medio de una creciente presión internacional por la crisis venezolana, Donald Trump redobló su ofensiva contra el gobierno de Nicolás Maduro con la confiscación de otros dos buques petroleros durante el fin de semana. La medida, calificada por Caracas como un acto de "piratería", profundiza la coerción económica sobre el chavismo, aunque por ahora aleja el escenario de una intervención militar directa.

La incautación se produjo en paralelo a un impulso diplomático liderado por Brasil, que busca abrir una vía de negociación para evitar una escalada regional. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, con el respaldo de su par mexicana Claudia Sheinbaum, confirmó que evalúa volver a dialogar con Trump antes de fin de año para explorar una salida política al conflicto.

El impacto económico y político de la ofensiva estadounidense

Desde Caracas, Maduro acusó a Estados Unidos de actuar como "corsarios" y aseguró que el país está preparado para "acelerar la marcha de la revolución". Sin embargo, la confiscación de los buques representa un duro golpe para las finanzas del chavismo, que depende en gran medida de las exportaciones de crudo para sostener su estructura de poder.

La ofensiva forma parte de una estrategia militar-financiera más amplia, que incluye el despliegue de una flota naval estadounidense en el Caribe y operativos contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico. Pese a ello, analistas y exfuncionarios coinciden en que este tipo de presión no garantiza una caída del régimen, sino que suele reforzar su capacidad de adaptación.

"El madurismo no cae con eso. Se adapta. La gente sí sufre, pero la cúpula no", sostuvo desde su exilio el exministro Andrés Izarra, al comparar la situación venezolana con la resistencia histórica del régimen cubano frente al embargo estadounidense.

Lula toma protagonismo y Maduro refuerza su discurso de resistencia

Brasil se posiciona como principal mediador regional en un contexto de recomposición del vínculo entre Lula y Trump, luego de tensiones comerciales que incluyeron la imposición y posterior retiro de aranceles a productos brasileños. La Cancillería de Brasil impulsa una negociación que podría sumar a Qatar, aliado estratégico de Washington con experiencia reciente en mediaciones internacionales.

Mientras tanto, Maduro intensificó su estrategia comunicacional, con apariciones casi diarias en actos y transmisiones oficiales. Lejos del perfil clásico de un jefe de Estado, el líder chavista adopta un estilo de "showman político", combinando arengas ideológicas, ataques a la oposición y gestos teatrales destinados a reforzar la narrativa de resistencia frente al "imperio".

Con Estados Unidos endureciendo el cerco económico y Brasil apostando a la diplomacia, Venezuela queda atrapada entre la presión externa y un poder interno que se blinda con retórica y represión, en un escenario donde el desenlace sigue abierto y cargado de tensión regional.

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