Trump busca cambiar el acceso a la sala de prensa de la Casa Blanca: ¿fin de los privilegios?
El presidente electo de EE. UU. evalúa dar más protagonismo a periodistas independientes en lugar de medios tradicionales.
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, está considerando reestructurar el acceso a la sala de prensa de la Casa Blanca, según anunció su hijo Donald Trump Jr. en su podcast. La intención sería reducir el protagonismo de los medios tradicionales para dar más espacio a periodistas independientes y creadores de contenido con gran alcance en redes sociales.
"¿Por qué no abrirlo a personas que tienen mayor audiencia y más seguidores?", expresó Trump Jr., señalando que esta idea ya cuenta con el respaldo de su padre.
El sistema actual: tradición vs. innovación
Actualmente, los 49 asientos de la sala de prensa de la Casa Blanca son asignados por la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA, por sus siglas en inglés), una tradición que data de la administración de Ronald Reagan. Medios como The Associated Press, CNN y The New York Times tienen lugares privilegiados, pero cualquier periodista acreditado puede asistir de pie.
La propuesta de Trump plantea un desafío a este sistema, cuestionando si estos espacios deberían seguir reservados para los grandes medios o democratizarse en favor de comunicadores con mayor conexión directa con el público.
Una relación conflictiva con la prensa
La postura de Trump hacia los medios no es nueva. Durante su primer mandato, calificó a varios como "enemigos del pueblo" y criticó lo que considera un sesgo a favor de los demócratas, en especial de The New York Times. Además, su gestión rompió con la tradición de conferencias de prensa regulares, estableciendo un récord de 300 días sin encuentros con el portavoz oficial entre 2019 y 2020.
¿Revolución o controversia?
El cambio que propone el mandatario electo refleja su estrategia de acercarse a su base de seguidores y de alejarse de los medios tradicionales, a los que acusa de parcialidad. Sin embargo, la implementación de esta idea podría generar tensiones con la WHCA y abrir un debate sobre el rol de la prensa en la democracia estadounidense.