Terremoto en Birmania: más de 1600 muertos y una desesperada búsqueda de sobrevivientes
El sismo, registrado el viernes al mediodía, derribó decenas de edificios y dañó otras infraestructuras como el aeropuerto de la ciudad.
El impacto del terremoto de 7,7 grados que sacudió Birmania (Myanmar) este viernes continúa causando estragos. Con más de 1600 muertos confirmados y miles de personas atrapadas bajo los escombros, la situación es cada vez más desesperante. En Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, el olor a cuerpos en descomposición se mezcla con la angustia de los habitantes que, bajo temperaturas de 41 grados, remueven los escombros con palas, en busca de sobrevivientes.
Desafíos en medio de la devastación
Las tareas de rescate se ven gravemente dificultadas por la destrucción masiva de infraestructuras. Carreteras dañadas, puentes caídos y comunicaciones interrumpidas complican la llegada de ayuda internacional. La situación se agrava debido al conflicto civil que atraviesa el país desde el golpe de Estado de 2021, que ha dejado a Birmania en un estado de guerra y ha diezmado el sistema de salud.
Voluntarios locales lideran las tareas de rescate
A falta de equipos de rescate pesados, son los propios ciudadanos quienes se encargan de retirar los escombros a mano, sin asistencia suficiente. Según la gerente de Catholic Relief Services en Rangún, Cara Bragg, la ayuda humanitaria está siendo insuficiente, con una grave escasez de suministros médicos y alimentos.
Mientras tanto, los hospitales enfrentan una afluencia de heridos que ya supera las 3400 personas, y las víctimas siguen siendo rescatadas por equipos internacionales, como el enviado por China, que logró liberar a un hombre mayor después de 40 horas atrapado bajo los escombros en Naipyid.
La magnitud del desastre
El terremoto también afectó a Tailandia, donde se derrumbó un edificio en construcción en Bangkok, dejando al menos 18 muertos y numerosos desaparecidos. Las réplicas del sismo siguen sacudiendo la región, aumentando el temor y las dificultades para llevar a cabo tareas de rescate en ambas naciones.
La magnitud del desastre, sumada a las dificultades de acceso y a la grave crisis humanitaria en Birmania, deja a millones de personas en espera de la ayuda que, en muchos casos, aún no ha llegado.