Superluna del Castor 2025: cuándo verla en Argentina

La Luna llena más brillante y cercana del año coincidirá con lluvias de meteoros que prometen un espectáculo poco frecuente.

La noche del 5 de noviembre traerá un combo astronómico difícil de repetir. Ese día la Luna Llena del Castor alcanzará su punto de mayor brillo y de máxima proximidad con la Tierra, convirtiéndose en la superluna más destacada de 2025.

El fenómeno no vendrá solo: coincidirá con el momento de mayor actividad de varias lluvias de meteoros, entre ellas las Táuridas del Sur, y días más adelante se sumarán las Leónidas, dos de los eventos más esperados del calendario astronómico de noviembre.

Esta superposición permite observar de primera mano cómo interactúan los cuerpos que orbitan en nuestro vecindario cósmico, desde fragmentos de cometas hasta la propia Luna acercándose a su punto de máxima proximidad orbital.

Por qué se llama Luna del Castor y qué significa que sea una superluna

El nombre Luna del Castor proviene de tradiciones de pueblos originarios del hemisferio norte, que marcaban esta época del año como el momento en que los castores refuerzan sus diques antes del invierno. Otras culturas la asociaron a la luna de hielo o la luna de celo del ciervo.

La noción moderna de superluna se popularizó hacia fines del siglo XX y se usa para describir a una luna llena que se ubica a menos del 10% de su distancia mínima con la Tierra. Aunque muchos astrónomos aclaran que la diferencia visual frente a una luna llena promedio es leve, la luminosidad adicional suele ser más evidente, sobre todo con cielos despejados.

En números: una superluna puede verse hasta un 7% más grande y un 16% más brillante que una luna llena común. No es un cambio drástico en tamaño, pero sí en intensidad de luz, especialmente lejos de la contaminación lumínica.

A qué hora se verá la superluna desde Argentina

Para quienes observen desde Argentina, el punto de máximo brillo se dará alrededor de las 21.20 del miércoles 5 de noviembre (00.20 GMT del jueves). Aunque la Luna suele parecer más grande cerca del horizonte, esa percepción es un efecto óptico: la verdadera diferencia está en su mayor luminosidad.

Este acercamiento también influye en las mareas, que pueden ser ligeramente más altas durante una superluna, aunque sin representar riesgos. Es una muestra clara de la interacción gravitacional entre la Tierra y su satélite natural.

Para mejorar la experiencia, lo ideal es evitar luces intensas: parques, miradores naturales o zonas rurales permiten captar mejor el brillo adicional. En ciudades muy iluminadas, el contraste disminuye.

Las lluvias de meteoros que acompañarán el evento

La superluna compartirá el protagonismo con las Táuridas del Sur, conocidas por su ritmo lento y por generar ocasionales bólidos, meteoros más grandes que brillan con mayor intensidad al entrar en la atmósfera. Este año, los especialistas esperan la presencia de material más voluminoso, lo que aumenta las chances de destellos notables.

La luz de la superluna dificultará ver los meteoros más débiles, pero los bólidos suelen destacarse igual. El mejor horario para observarlos será después de la medianoche, cuando la rotación terrestre orienta al observador hacia el flujo de partículas.

Más adelante, en la madrugada del 17 de noviembre, las Leónidas alcanzarán su pico. Aunque no se espera una tormenta de meteoros -la próxima ocurriría recién en 2099, según la NASA-, sí podrían verse hasta 20 meteoros por hora en cielos despejados.

Durante los primeros días del mes también persistirán algunos rastros de las Oriónidas, que vienen perdiendo fuerza desde su máximo de octubre.