Salarios en dólares volvieron a niveles de 2017, pero el poder adquisitivo sigue 10% abajo

Aunque los sueldos medidos en dólares mejoraron, los trabajadores argentinos aún sienten el impacto de la inflación y la apreciación cambiaria. Las consultoras advierten sobre los límites del modelo económico y lo que puede pasar tras las elecciones.

Aunque los sueldos en dólares recuperaron valores similares a los de 2017, el poder adquisitivo de los trabajadores argentinos continúa muy por debajo de los niveles de 2015. Esto se debe, principalmente, a la apreciación del tipo de cambio oficial y al encarecimiento de los bienes en moneda dura, que impactan directamente en la vida cotidiana.

De acuerdo a los datos del SIPA y el INDEC, en noviembre de 2024 los salarios privados registrados crecieron un 2,5% según las cifras oficiales, y un 0,51% de acuerdo con el Índice de Salarios del INDEC. Esta leve recuperación fue posible por la desaceleración inflacionaria, pero se trató de un efecto temporal: el salario real aún está un 15% por debajo de su pico histórico en 2015.

Desde CP-Consultores explican que "una baja rápida de la inflación, en una economía con alto nivel de indexación, permite recuperar algo de poder adquisitivo", pero advierten que este mecanismo tiene un límite. Una vez que la inflación se estabiliza en valores más bajos, los salarios nominales tienden a mantenerse estancados. Es lo que está ocurriendo ahora.

El salario real y su impacto en el consumo y el equilibrio externo

La estrategia del Gobierno se basa en un ancla cambiaria que mantiene el tipo de cambio oficial retrasado, lo cual genera salarios en dólares relativamente altos. Esto incentiva el consumo de bienes importados y los viajes al exterior, pero no se traduce en una mejora del poder de compra dentro del país.

En los primeros cuatro meses del año, 5,9 millones de argentinos viajaron al exterior, un 68,4% más que en el mismo período de 2024. En cambio, solo 2 millones de turistas extranjeros llegaron a la Argentina, una caída del 21,4%. Este desbalance en el turismo es reflejo de un tipo de cambio que favorece al consumidor local, pero complica la balanza de pagos.

"Hoy los salarios están como en 2017 en términos de dólares, pero el poder adquisitivo es 10% más bajo", señala la consultora, que advierte que este esquema solo busca estabilizar la macroeconomía, sin beneficiar directamente al bolsillo de la población.

Qué esperar en el segundo semestre y después de las elecciones

Para los próximos meses, el oficialismo apunta a que las paritarias se mantengan por debajo del 2%, y que el IPC se acomode cerca del 1% mensual. La intención es seguir utilizando el salario como ancla nominal, en conjunto con el tipo de cambio, hasta las elecciones presidenciales.

Federico Zirulnik, economista de CESO, advirtió que si bien los salarios formales están alineados con la inflación, los ingresos informales siguen muy retrasados. También alertó que un eventual aumento de salarios implicaría mayor presión sobre las reservas, por lo que las paritarias seguirán pisadas.

En este escenario, hay dos caminos posibles: si la desinflación sigue siendo exitosa, los salarios podrían recuperarse ligeramente sin provocar saltos de precios. Pero si el esquema cambiario se agota -como podría suceder desde agosto-, un nuevo repunte del dólar podría volver a licuar los ingresos y complicar la estabilidad alcanzada.

Desde Facimex, sin embargo, ven el panorama con optimismo. La consultora sostiene que el equilibrio fiscal, la calma cambiaria y la menor inflación están generando una "dinámica virtuosa" que podría, eventualmente, traducirse en mayor actividad y mejora salarial. Pero, como señalan otros analistas, todo dependerá de la evolución del contexto macro y político tras las elecciones.

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