Revelan los contratos secretos de Scatturice con la SIDE y la ANSES: crecen las sospechas de un "Lázaro Báez libertario"

Leandro Scatturice, empresario cercano a Santiago Caputo, aparece vinculado a millonarios contratos con organismos estatales mientras se quedaba con Flybondi. Su rol como nexo con el entorno de Donald Trump, y el sigiloso respaldo de la SIDE, lo colocan en el centro de la escena política y judicial.

Un empresario oscuro con vínculos en el poder

La reciente compra de Flybondi por parte de Leandro Scatturice, empresario y asesor de confianza del estratega presidencial Santiago Caputo, volvió a agitar las aguas políticas en medio de crecientes denuncias de opacidad en la administración libertaria. Pero el escándalo no se limita a una simple transacción comercial: detrás de su figura se descubrieron contratos millonarios con la SIDE y la ANSES, que lo posicionan como el nuevo símbolo del empresario favorecido por el Estado.

"El vínculo entre Scatturice y el poder libertario es tan estrecho que ya lo apodan el 'Lázaro Báez de Milei'", según fuentes del oficialismo.

El contrato con la SIDE que destapó el escándalo

Lo que encendió todas las alarmas fue un insólito contrato firmado por la SIDE con Tactic Global, la empresa de Scatturice radicada en Estados Unidos. Según registros públicos del Departamento de Justicia norteamericano, el acuerdo fue suscripto el 16 de junio pasado y tiene como fin "el arreglo de reuniones entre oficiales argentinos y estadounidenses para temas de comercio e inversión", además de asesoramiento estratégico.

La SIDE, hoy bajo el control informal de Santiago Caputo, parece haber delegado funciones diplomáticas -que en teoría deberían ejercer la Cancillería y la embajada argentina en Washington- a un empresario privado que además mantiene intereses comerciales con el Estado.

El contrato fue revelado por el periodista Ignacio Giménez Glimaldi en LN+ y generó preocupación incluso dentro del Congreso, donde ya se discute trasladar el caso a la Comisión Bicameral de Inteligencia.

El avión privado, las valijas misteriosas y el silencio judicial

Scatturice se volvió una figura conocida en febrero de este año cuando su Bombardier 5000 aterrizó en Aeroparque con Laura Belén Arrieta, figura vinculada al trumpismo de Miami, y más de una decena de valijas sin control aduanero. La revisión fue detenida, según reveló La Nación, por una "orden de arriba", que generó sospechas de encubrimiento y dejó al descubierto un uso político de recursos del Estado.

"El caso recuerda al escándalo de Antonini Wilson, pero en esta ocasión la justicia no mostró interés alguno en avanzar."

Compró Flybondi, pero también cobra del Estado

Mientras se anunciaba la compra de Flybondi, Scatturice también figura como beneficiario de contratos por casi 7 millones de dólares con la ANSES a través de la empresa OCP Tech SA, encargada del programa Conectar. También mantiene negocios con Trenes Argentinos, lo que refuerza su rol como empresario omnipresente del ecosistema estatal.

La simultaneidad entre los fondos que recibe y su adquisición de activos estratégicos como una aerolínea low cost -en pleno proceso de ajuste y demonización de Aerolíneas Argentinas, impulsado por Caputo- genera fuertes sospechas sobre el origen de los recursos utilizados en la operación.

Una red que une inteligencia, negocios y política

Uno de los datos más inquietantes es que Scatturice ya tenía vínculos con sectores de inteligencia kirchnerista, especialmente durante el final del gobierno de Cristina Kirchner. Su empresa C3 Consultings quedó entonces en el centro de una interna entre espías, enfrentado a Jaime Stiuso y próximo a Fernando Pocino. Ese pasado, sumado a su presente con la SIDE de Milei, genera interrogantes difíciles de despejar.

Además, es socio de Barry Bennett, ex asesor de Donald Trump, y cofundador de Tactic Global junto a miembros del think tank CPAC, organización donde también fue visto Santiago Caputo durante una conferencia reciente, acompañado por Agustín Romo y Macarena Alifraco.

Reacciones en el Congreso y la interna libertaria

El tema ya llegó al Congreso Nacional, donde diputados del oficialismo y de la oposición exigen explicaciones. La Comisión Bicameral de Seguridad Interior lo analizó, pero ahora se evalúa que pase a la Bicameral de Inteligencia, que preside Sergio Neiffert, jefe formal de la SIDE y viejo conocido del diputado Rodolfo Tailhade. Aunque el legislador kirchnerista se mantuvo en silencio en las últimas semanas, la presión por una investigación crece.

La incomodidad también es palpable dentro del propio gobierno. "Si Caputo sigue engordando a Scatturice con recursos del Estado, está construyendo su propio Báez", deslizó un alto funcionario, en referencia al empresario santacruceño ligado al kirchnerismo.

El escándalo recién comienza, y lo que se investiga no es sólo una triangulación de fondos estatales con fines privados, sino un modelo de poder concentrado, opaco y a medida de un pequeño círculo de influencia. La figura de Scatturice, que hasta hace poco era invisible para la opinión pública, podría convertirse en el primer gran caso de corrupción del gobierno libertario.

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