El expresidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, continuará detenido luego de que este viernes un tribunal de Seúl rechazara su solicitud de liberación. La decisión fue tomada tras una audiencia realizada en el Tribunal del Distrito Central de la capital, donde se revisó la legalidad de su detención.

Este nuevo revés judicial se da en el marco de una investigación que lo vincula con un intento fallido de imponer la ley marcial durante su mandato.

Lo acusan de abuso de poder e insurrección

Yoon enfrenta cargos graves: abuso de poder, obstrucción a la justicia y falsificación de documentos oficiales. La orden de arresto actual fue emitida hace ocho días, a pedido de la fiscal especial Cho Eun-suk, quien lidera el equipo designado para investigar el presunto intento de insurrección.

Cabe recordar que el expresidente había sido arrestado por primera vez el 15 de enero en la propia oficina presidencial. Fue acusado formalmente el 26 de ese mes, pero liberado el 8 de marzo luego de que la fiscalía optara por no apelar una orden judicial favorable a su excarcelación.

Destituido por la Justicia Constitucional

El caso de Yoon escaló a nivel institucional. El 4 de abril, el Tribunal Constitucional avaló la moción de destitución presentada en su contra, cerrando oficialmente su etapa como jefe de Estado. La decisión se centró en su intento de declarar la ley marcial en diciembre del año pasado, lo que desató una fuerte crisis política en el país.

Desde entonces, la investigación ha cobrado fuerza. La fiscalía había intentado en junio obtener una orden de arresto por 48 horas -que fue denegada-, pero ahora logró que el expresidente quede detenido por al menos 20 días mientras avanza el proceso.