Tyler Robinson, de 22 años, fue detenido como presunto responsable del asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ocurrido durante un evento en la Universidad del Valle de Utah. Según la investigación, el joven disparó un solo tiro desde un edificio cercano y luego se entregó tras más de 30 horas de búsqueda.

El padre de Robinson reconoció a su hijo en las imágenes difundidas por el FBI y lo instó a entregarse. Finalmente, el acusado se presentó en la Oficina del Sheriff del Condado de Washington.

De estudiante ejemplar a sospechoso de un crimen político

Robinson creció en un barrio tranquilo de Washington, Utah. Vecinos y familiares lo describieron como un joven reservado, con alto rendimiento académico y afición por los videojuegos. Su madre solía compartir sus logros en redes: promedio perfecto en secundaria, beca presidencial de 32.000 dólares y excelentes puntajes en exámenes universitarios.

Aunque abandonó la Universidad Estatal de Utah tras un semestre, actualmente cursaba un programa técnico de electricidad en St. George. Ex compañeros lo recordaron como bromista e inteligente, sin actitudes violentas.

Sin embargo, allegados admitieron que en los últimos años comenzó a mostrarse más involucrado en discusiones políticas. Según el gobernador de Utah, Spencer Cox, un familiar relató que Robinson había mencionado su rechazo a los puntos de vista de Kirk durante una cena reciente.

El arma y los mensajes hallados en la escena

La policía encontró un rifle de cerrojo cerca del campus universitario junto a casquillos con frases y símbolos vinculados a la cultura gamer y a memes de internet. Mensajes como "Eh, fascista, atrapado" y referencias al videojuego "Helldivers 2" forman parte de la evidencia.

Expertos en antiterrorismo señalaron que estos elementos muestran un conocimiento profundo de códigos y expresiones de la cultura digital.

Una comunidad conmocionada

El tiroteo, ocurrido frente a un público universitario y captado en videos que circularon en redes sociales, sacudió a Utah. Vecinos y conocidos de Robinson afirmaron estar sorprendidos: lo describieron como respetuoso y callado, sin antecedentes de violencia.

La familia, con raíces en la comunidad y un negocio propio, también fue señalada como tradicional y de filiación republicana.

Mientras la justicia avanza en la investigación, el caso expone el contraste entre la vida cotidiana de un estudiante ejemplar y el presunto giro que lo llevó a protagonizar un ataque político con impacto nacional.