El 26 de febrero aterrizó en Aeroparque una aeronave privada de la empresa Royal Class, propiedad del empresario Leonardo Scatturice, flamante accionista de Flybondi y asesor cercano al Gobierno de Javier Milei. En ese vuelo llegó Laura Belén Arrieta, azafata y representante de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), acompañada por dos tripulantes.

Según un informe judicial revelado por TN, ese avión habría ingresado al país con 10 valijas sin pasar por los controles habituales de Aduana ni escáneres de seguridad. Las imágenes en poder de la Justicia muestran que solo se habrían declarado cinco piezas de equipaje.

La Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) inició una causa en la que ya se recopilaron videos del aeropuerto, informes de Aduana y declaraciones de funcionarios. En paralelo, Clarín -en medio de su conflicto con la administración libertaria- accedió al dictamen de 60 páginas que compromete aún más al entorno del Gobierno.

Adorni negó todo, pero las imágenes dicen otra cosa

En su momento, el vocero presidencial Manuel Adorni negó públicamente que el vuelo haya ingresado sin control. "El avión recibió todos los controles de rutina", afirmó. Sin embargo, el dictamen de los fiscales contradice esa versión. Se detalla que los tripulantes y la pasajera fueron escoltados por personal aduanero sin pasar por escáneres y que la revisión del equipaje fue evitada de forma deliberada, aun cuando no había aglomeraciones ni saturación operativa.

Además, no se registró vigilancia continua de la aeronave mientras estuvo en el hangar de Royal Class, ni constancia oficial de su permanencia por parte de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). La investigación también encontró inconsistencias en los vuelos: aunque se declaró que el avión llegaba de Fort Lauderdale, en realidad partió desde Opa-locka (ambos en Miami) y luego, al salir el 5 de marzo, fue registrado como con destino a Miami, cuando en verdad fue a París con escala en Canarias.

Quién es Leonardo Scatturice, el empresario detrás del escándalo

Leonardo Scatturice, dueño del avión y de la empresa Royal Class, es un personaje con pasado en inteligencia y vínculos en el mundo del lobby político. Desde Miami, maneja la consultora Tactic Global, que tiene entre sus asesores al exestratega de Donald Trump, Barry Bennett. También es proveedor del Estado argentino en plataformas como Educ.Ar y Trenes Argentinos.

En el último tiempo, cobró fuerza su influencia dentro del oficialismo, sobre todo con Santiago Caputo, estratega de Milei. Fue Scatturice quien impulsó la designación de Andrés Vázquez al frente de la DGI y lideró la organización de la CPAC en Argentina, evento en el que también participó el presidente.

La azafata Laura Arrieta, que trabaja en Royal Class, también está vinculada a la organización de ese evento. La causa judicial por el posible ingreso ilegal de equipaje sigue abierta y suma elementos que podrían configurar contrabando con connivencia estatal, según fuentes judiciales.