Muerte de Nisman: la Justicia analiza citar a 90 militares ligados a Milani y el rol de la SIDE
A casi una década de la muerte del fiscal, la investigación toma nuevo impulso con archivos secretos desclasificados.
El fiscal Eduardo Taiano evalúa citar a 90 militares del área de Inteligencia que trabajaron bajo las órdenes de César Milani, exjefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Kirchner. La medida, que podría concretarse a partir de agosto, busca esclarecer posibles vínculos con la muerte de Alberto Nisman, hallado muerto en su departamento en enero de 2015.
La decisión surge tras el acceso a archivos secretos de la ex SIDE, recientemente desclasificados por el Gobierno nacional. Estos documentos revelarían conexiones entre organismos de inteligencia y la actividad de Nisman al frente de la causa AMIA.
Archivos secretos y un contexto político caliente
Las citaciones llegarían justo cuando se cumplen 31 años del atentado a la AMIA, y en un contexto marcado por la tensión entre el Gobierno argentino e Irán.
El pedido de documentación abarcó todas las comunicaciones e informes que la SIDE registró sobre áreas de inteligencia del Ejército y fuerzas federales, en relación directa con la actividad de Nisman, quien fue el primer fiscal especial para investigar el ataque de 1994.
Desde la fiscalía creen que los servicios de Inteligencia jugaron un rol clave antes y después de la muerte del fiscal. Aún hay peritajes pendientes que podrían aportar datos cruciales para una causa que sigue sin fecha de juicio oral.
Qué se sabe hasta ahora del caso Nisman
La fiscalía sostiene que Nisman fue asesinado, y señala como partícipe necesario a su perito informático, Diego Lagomarsino, quien le habría llevado el arma.
El fiscal apareció muerto el 18 de enero de 2015, un día antes de declarar en el Congreso por su denuncia contra Cristina Kirchner y Héctor Timerman por supuesto encubrimiento a terroristas iraníes.
Taiano también imputó al exsecretario de Seguridad Sergio Berni y a exjefes de la Policía Federal y Prefectura por irregularidades en la escena del crimen.
Más de 60 personas ingresaron al departamento de Nisman tras su muerte, lo que habría alterado pruebas clave.
Nunca se tomó la temperatura del cuerpo ni del ambiente, y se pasó por alto una tercera vía de acceso al lugar.