Netanyahu entre la presión interna y el aislamiento internacional tras el cese del fuego

El primer ministro de Israel enfrenta procesos por corrupción, una orden de arresto de la CPI y críticas internas pese al acuerdo que puso fin a la guerra en Gaza.

Benjamin Netanyahu recibió un inesperado apoyo público de Donald Trump en la Knesset, donde el presidente estadounidense sugirió un indulto para el primer ministro. Sin embargo, cualquier posibilidad de perdón requiere un pedido formal de Netanyahu, quien aún no ha sido condenado, y sigue procesado en tres casos de corrupción dentro de Israel. Además, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto en su contra por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad.

Crisis interna y desafíos políticos

El acuerdo de cese del fuego en Gaza y la liberación de 20 rehenes mejoró temporalmente la imagen de Netanyahu en el país, pero los cuestionamientos hacia su gestión persisten. Durante los últimos meses, enfrentó protestas por reformas judiciales y decisiones sobre el servicio militar de estudiantes ultraortodoxos. También afrontó duras críticas de familiares de los rehenes y de sectores de la oposición, que lo acusan de prolongar una cultura de impunidad y manipulación política.

Frentes judiciales y presión internacional

Netanyahu y su esposa están acusados de recibir bienes de lujo a cambio de favores políticos y de negociar cobertura favorable de medios israelíes. Su permanencia en el poder, según analistas y opositores, podría impedir investigaciones independientes y socavar la confianza en las instituciones del país. A esto se suma el aislamiento internacional: Israel sigue siendo cuestionado por su gestión en Gaza y su relación con el mundo árabe y Europa permanece tensa, aunque mantiene el respaldo de Trump.

Perspectivas y futuro político

La oposición, liderada por partidos como Meretz, presiona para que se reanuden los juicios congelados durante el conflicto y se avance en reformas que equilibren el reclutamiento militar y civil. Expertos consideran que Netanyahu se encuentra atrapado entre la extrema derecha interna y las demandas diplomáticas externas, lo que podría marcar el inicio del final de su ciclo político, abriendo espacio a un liderazgo más ético y orientado al bien común en Israel.

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