Murió Horacio García Belsunce: la voz incansable que luchó por justicia para María Marta
Fue condenado por encubrimiento y terminó manejando un remís. Pero nunca dejó de señalar a Nicolás Pachelo como el asesino de su hermana. Murió a los 75 años, tras haberlo perdido todo en nombre de la verdad.
Horacio García Belsunce murió este miércoles a los 75 años. Fue uno de los protagonistas más activos y visibles del caso que sacudió a la Argentina: el crimen de su hermana, María Marta, en el country Carmel en 2002. Su vida cambió por completo desde entonces: pasó de tener un programa de televisión y una agencia de publicidad, a ser condenado por encubrimiento, perder su trabajo y terminar vendiendo pizzas y empanadas para subsistir.
Tras su condena en 2011, Horacio apeló sin éxito y la Justicia lo sobreseyó recién en 2020, cuando la causa prescribió. Pero ni la prisión, ni la persecución judicial, ni la marginación laboral lograron callarlo. Siempre defendió la inocencia de su familia y apuntó directamente a Nicolás Pachelo como autor del asesinato. Su insistencia fue clave para que el caso se reabriera y se revisara.
El hermano que no se rindió
Horacio compartía con María Marta un programa por cable, De Frente, y una relación entrañable: "Como no tenía un hermano varón, ella me hacía la gamba... Nuestra relación era fantástica", contaba. Tras el crimen, vivió un infierno judicial y económico. Sin trabajo y con su nombre manchado, llegó a pedir ayuda por Facebook para conseguir empleo. Intentó rehacerse como coach ontológico, auditor municipal y repartidor de comida. Nunca dejó de hablar del caso.
Fue testigo en el juicio contra Pachelo en 2022, donde recordó que un abogado del acusado le confesó que su cliente era capaz de "vaciarle el cargador entero" a su hermana. Aunque el Tribunal Oral lo absolvió, la Cámara de Casación Bonaerense revirtió el fallo y condenó a Pachelo a prisión perpetua.
Horacio García Belsunce murió sin obtener del todo justicia, pero con la tranquilidad de haber hecho todo lo posible por conseguirla. Fue padre, abuelo, periodista, acusado, condenado y absuelto. Pero, sobre todo, fue una voz firme que jamás dejó de gritar: a María Marta la asesinaron.