Lula da Silva y Donald Trump pactaron reunirse tras un tenso conflicto comercial

El presidente brasileño habló 30 minutos con su par estadounidense y pidió revisar los aranceles del 40% que impuso la Casa Blanca. Ambos acordaron verse "en Brasil y en EE.UU." para recomponer la relación bilateral.

Lula y Trump buscan calmar la crisis diplomática

Luego de semanas de tensión entre Washington y Brasilia, Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump mantuvieron una conversación telefónica "amistosa" de media hora. Según informaron ambos gobiernos, el diálogo se centró en temas económicos y comerciales, en medio de una fuerte disputa por los aranceles del 40% aplicados por Estados Unidos a productos brasileños.

Trump calificó la charla como "muy buena" en su red Truth Social, mientras que el Palacio del Planalto aseguró que los mandatarios recordaron la "buena química" que tuvieron en la última Asamblea General de la ONU.

Brasil pidió levantar sanciones y recuperar el comercio

Durante la llamada, Lula pidió formalmente que se eliminen las sanciones impuestas por Washington a funcionarios brasileños y que se revisen los aranceles sobre exportaciones clave. La Casa Blanca había endurecido su postura tras el juicio y condena por golpismo al expresidente Jair Bolsonaro, una medida que tensó al máximo los vínculos entre ambos países.

El mandatario brasileño también invitó a Trump a participar en la COP30, que se celebrará en Belém, y propuso una reunión presencial durante la cumbre de la Asean en Malasia. A su vez, Lula manifestó su voluntad de viajar a Estados Unidos "para retomar el diálogo entre las dos mayores democracias de Occidente".

Señales de distensión y contactos directos

En la videollamada participaron el vicepresidente Geraldo Alckmin y los ministros Mauro Vieira y Fernando Haddad, mientras que Trump designó al secretario de Estado Marco Rubio para dar continuidad al diálogo.

Ambos presidentes intercambiaron números de teléfono personales para mantener comunicación directa, un gesto inusual que fue interpretado como una señal de acercamiento. "Fue una charla extremadamente positiva, mejor de lo que esperábamos", aseguró Alckmin tras el encuentro.

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