Los secretos del cónclave que eligió a León XIV: quiénes fueron sus rivales y cómo reaccionó Prevost

El estadounidense Robert Prevost fue elegido papa tras una votación intensa en la Capilla Sixtina. Su perfil dialogante y sereno se impuso frente a los candidatos italianos y conservadores.

El último cónclave que eligió al papa León XIV fue más que una elección: fue una batalla silenciosa entre bloques divididos y figuras fuertes que no lograron unificar apoyos. Según reveló el diario Corriere della Sera, al menos una docena de cardenales detallaron cómo se gestó el ascenso del estadounidense Robert Prevost, que pasó de ser un perfil bajo a convertirse en el nuevo líder de la Iglesia católica.

La primera votación del cónclave evidenció un triple empate entre Pietro Parolin (Italia), Péter Erd (Hungría) y Prevost (EE.UU.). Sin embargo, la falta de unidad del bloque italiano debilitó a Parolin, mientras que Erd, pese a su solidez inicial, no logró ampliar su base de apoyo. Prevost, en cambio, fue sumando adhesiones con cada ronda de votación.

La elección se definió en la cuarta ronda, cuando el nombre de Prevost dominó las papeletas. Al alcanzar los 89 votos requeridos, los cardenales estallaron en aplausos y lágrimas. Él, aún sentado y abrumado por la emoción, necesitó ayuda para ponerse de pie. Nacía así el papado de León XIV.

Parolin y Erd, dos contendientes que no lograron consolidarse

Durante años, los cardenales italianos fueron una fuerza de peso en cada cónclave. Pero esta vez, las divisiones internas minaron la candidatura de Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Ya en la primera noche, los cardenales advirtieron que la fragmentación del bloque italiano complicaba cualquier intento de formar una mayoría sólida.

Por otro lado, el cardenal húngaro Péter Erd, apoyado por sectores conservadores, no logró captar a los cardenales más cercanos a la línea reformista de Francisco. Su perfil intelectual, reservado y poco dado al diálogo terminó por aislar su candidatura en un colegio plural y con fuerte presencia de figuras designadas por el papa saliente.

Cómo se gestó el consenso en torno a Prevost

La candidatura de Robert Prevost comenzó a tomar forma cinco días antes del cónclave, cuando fue elegido para coordinar las sesiones preliminares. Su estilo metódico, sereno y dialogante generó confianza entre sus pares. El cardenal Joseph Tobin llegó a decirle: "Bob, podrían proponerte a ti".

Con el paso de los días, su figura comenzó a generar un consenso inesperado. Algunos italianos sin candidato propio también lo vieron como una opción neutral. Finalmente, su elección fue interpretada como una continuidad del legado reformista de Francisco, pero con un tono más contemplativo.

Cuando las papeletas comenzaron a inclinarse abrumadoramente hacia su nombre, muchos cardenales ya intuían el resultado. Al alcanzar los 89 votos necesarios, la Capilla Sixtina estalló en aplausos. La escena fue profundamente emotiva: varios cardenales estaban de pie, aplaudiendo entre lágrimas. Pero Prevost, aún incrédulo, permanecía en su asiento, con la cabeza entre las manos. Tuvo que ser ayudado a levantarse.

Ese momento fue señalado por los presentes como una auténtica manifestación de unidad espiritual, más allá de toda estrategia política. "El Espíritu Santo nos guió a una decisión unánime", dijo uno de los cardenales. Otro agregó: "Fue un momento de comunión, no de cálculo político".

Prevost, agustino nacido en Chicago, fue visto como el continuador de la línea reformista de Francisco, aunque con un enfoque más contemplativo. Su elección marcó un nuevo rumbo para la Iglesia católica, bajo el nombre de León XIV, con un perfil integrador, sereno y firme.

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