En una Basílica de San Pedro colmada de fieles, el papa León XIV manifestó este sábado su "profunda preocupación" ante el grave deterioro del conflicto entre Irán e Israel. Durante su primera audiencia jubilar desde el fallecimiento de Francisco, el pontífice apeló a la "responsabilidad y la razón" de los líderes mundiales para frenar la violencia en Medio Oriente.

"La situación se ha deteriorado gravemente", lamentó el Sumo Pontífice, visiblemente afectado, mientras hacía referencia a los bombardeos cruzados, que ya provocaron decenas de víctimas civiles. Frente a miles de fieles, reiteró el llamado de la Iglesia a promover un "encuentro respetuoso y un diálogo sincero".

Una advertencia ante la amenaza nuclear

León XIV recordó que la paz no puede construirse desde la venganza o el miedo, y advirtió sobre el riesgo de una escalada que implique armamento nuclear. "Es urgente construir un mundo más seguro y libre de la amenaza nuclear", señaló, y subrayó que eso solo será posible si se privilegia la diplomacia sobre la violencia.

Además, el Papa pidió que ningún país amenace jamás la existencia de otro y exhortó a todos los gobiernos a "iniciar caminos de reconciliación", para alcanzar soluciones que garanticen tanto la seguridad como la dignidad de todos los pueblos.

La paz como compromiso global

León XIV concluyó su mensaje con un llamado universal: "¡Es deber de todos los países apoyar la causa de la paz!". A tono con las enseñanzas de sus predecesores, remarcó que la humanidad atraviesa una "tercera guerra mundial en pedazos", y que solo la fraternidad puede evitar que esos fragmentos se unan en una tragedia global.