Paula habla con el dolor a flor de piel. Su hija Tatiana, de apenas 9 años, está internada en grave estado tras intentar quitarse la vida. Todo comenzó con lo que muchos aún llaman "cosas de chicos": burlas, hostigamiento y amenazas constantes en la escuela.

"Éramos los cuatro contra el mundo: mis dos hijas, mi esposo y yo. Y ahora, falta Tati", cuenta Paula, con la voz quebrada. 

Tati era una nena llena de vida: amaba bailar, hacer TikToks con su hermana y elegir adónde salir a cenar los martes, una tradición familiar. Hoy, lucha por su vida en un hospital, con secuelas neurológicas severas.

"Mi hija pidió ayuda y no la escucharon"

Lo que pasó ese viernes marcó un antes y un después. Según Paula, ese día Tati volvió de la escuela sin contarles que había aprobado dos materias -algo que siempre celebraban en familia-. También mencionó que una compañera la había molestado, una vez más.

Horas después, llegaron mensajes al celular de Tati con frases amenazantes: "Ya vas a ver el lunes cuando vuelvas a la escuela". El papá de Tati intentó hablar con el padre de la otra nena, pero no hubo respuestas institucionales.

"Mi hija denunció. Fue a la escuela a pedir ayuda y nadie la escuchó. Cuando fue al hospital, dijeron que era culpa nuestra. Pero no es así. El bullying viene de ahí, del aula, del silencio cómplice", señala Paula, dolida y con impotencia.

Tatiana hoy: una vida en pausa y una madre que no se rinde

Tati está siendo alimentada por sonda, usa pañales y no se sabe si volverá a caminar o hablar. "Es como tener a una bebé de nuevo", dice Paula. La familia espera una interconsulta con el Instituto Fleming de Buenos Aires para una segunda opinión, ya que el diagnóstico actual es encefalopatía postraumática.

La comunidad ha respondido con solidaridad. Amigos, vecinos y hasta desconocidos ayudan con donaciones, especialmente pañales, que son lo que más necesitan. También están recibiendo mensajes de apoyo, como uno que Paula atesora: "Poquito a poquito vas a brillar de nuevo, porque tu corazón merece volver a sonreír."

"Basta de minimizar el bullying: no es un chiste"

El mensaje de Paula es claro y urgente: "Esto no es una broma, no es una etapa que se supera sola. El bullying deja secuelas, y en mi hija, le robó la infancia".

Reclama que se tomen medidas reales desde las escuelas, desde las autoridades. 

"A mi hija no la escucharon, a mí tampoco. Ojalá esto sirva para que ningún otro padre tenga que pasar por lo mismo".

Cómo ayudar a la familia de Tatiana

Quienes quieran colaborar con la familia, pueden comunicarse directamente con Paula al número 3814 486 333. Hoy, lo más urgente son pañales y apoyo médico para conseguir la interconsulta.