La inundación de Bahía Blanca: una tragedia marcada por el cambio climático

Así lo determinó la organización World Weather Attribution.

El 7 de marzo, Bahía Blanca fue devastada por una inundación sin precedentes, donde cayeron casi 300 milímetros de lluvia en solo unas horas, causando la muerte de al menos 16 personas y dejando pérdidas millonarias. La falta de infraestructura adecuada y el drenaje insuficiente complicaron aún más la situación, pero, según un estudio de World Weather Attribution, el cambio climático jugó un papel fundamental en la catástrofe.

El impacto del cambio climático en la tormenta

La tormenta que desbordó la ciudad de Bahía Blanca fue generada por un frente frío, que llegó después de varios días de clima cálido y húmedo. Estos días de calor fueron exacerbados por el cambio climático, lo que aumentó la magnitud de la tormenta. Además, una semana antes, la ciudad ya había recibido más de 80 milímetros de lluvia, lo que dejó el suelo saturado, facilitando la inundación.

Según el estudio, "el cambio climático antropogénico impulsó las altas temperaturas, lo que provocó lluvias extremas en Bahía Blanca, lo que resultó en la tragedia", y sugieren que el calentamiento global probablemente aumentará la frecuencia de eventos climáticos similares en el futuro.

La importancia de los sistemas de alerta temprana

En respuesta a la tormenta, el Servicio Meteorológico Nacional de Argentina emitió una alerta naranja, que posteriormente fue elevada a roja, lo que permitió tomar medidas preventivas, como la suspensión de clases y la evacuación de más de 1300 personas. Sin embargo, los expertos señalan que aunque existen sistemas de alerta, aún hay mucho por mejorar. La Dra. Mariam Zachariah, una de las autoras del estudio, subrayó la necesidad de un sistema de alerta temprana integral y coordinado con servicios de salud y educación.

Desafíos para enfrentar el cambio climático

El informe también destaca que, en el futuro, el cambio climático continuará intensificando eventos climáticos extremos, como calor extremo y lluvias intensas. Sin embargo, la falta de financiamiento adecuado para el monitoreo en tiempo real y los recortes en el presupuesto del Servicio Meteorológico Nacional complican la implementación de soluciones eficaces.

En conclusión, la tragedia en Bahía Blanca pone de manifiesto la urgente necesidad de mejorar la infraestructura y los sistemas de alerta temprana, así como la relevancia de tomar medidas ante un clima cada vez más impredecible debido al cambio climático.

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