Carolina Monteros sobre el juicio por abuso sexual: "Llegar hasta acá fue una batalla"

Tras casi una década de demoras judiciales, Carolina Monteros enfrenta la etapa final del juicio contra los dos hombres que la habrían abusado en 2016. Este jueves se conocerá la sentencia. La denunciante denuncia el abandono estatal y exige una condena ejemplar.

Carolina Monteros tenía 19 años cuando denunció haber sido abusada sexualmente por dos hombres en la ciudad de Tucumán, tras salir de una fiesta en el boliche Lancaster. Hoy, nueve años después, está a la espera de una sentencia judicial que, asegura, representa mucho más que un fallo: "Es una oportunidad para que la Justicia diga de qué lado está".

El juicio oral comenzó el 1 de octubre. Los acusados, Trapani y Rodríguez, enfrentan penas que van de 8 a 20 años de prisión si se confirma su culpabilidad. En diálogo con Enterate Play, Carolina habló sobre lo que implicó atravesar este proceso y cómo sobrevivió a casi una década de abandono institucional, amenazas y trabas judiciales.

La justicia tucumana, en el banquillo

Durante los primeros cinco años tras la denuncia, la causa prácticamente no avanzó. El expediente pasó por la Fiscalía Quinta, entonces a cargo de Washington Navarro Dávila. Según relató Carolina, hubo años en los que no se movió ni una sola hoja. Incluso, denunció que el fiscal pidió el archivo del caso y luego el sobreseimiento de los acusados, aún sin contar con todas las pruebas incorporadas, como el informe médico forense.

"El sistema protege más a los victimarios que a las víctimas. Te hacen vivir todo de nuevo, te llenan de sospechas, como si tuvieras que probar quién sos todo el tiempo", expresó Monteros. 

Fue recién cuando decidió presentarse como querellante y contratar abogado que la causa tomó impulso y logró llegar a juicio.

Amenazas, intentos de silenciarla y poder económico de fondo

A lo largo de estos años, Carolina asegura haber recibido amenazas directas y ofertas encubiertas para que se calle. 

"En 2016, cuando hice la denuncia, lo primero que recibí fueron amenazas de parte de la familia Trapani", contó. 

También relató intentos de acercamientos a través de abogados que intentaron hacerla desistir.

En este sentido, Monteros apunta a un entramado de poder económico y político que habría intentado frenar el avance del juicio: "Hay empresas involucradas que tributan al Estado. No querían que esto llegue a juicio, hicieron lo imposible para evitarlo".

El sostén inquebrantable: su familia y los colectivos feministas

En medio de un proceso marcado por la revictimización, la depresión y dos internaciones en 2021, Carolina encontró contención en su entorno más cercano. 

"Mi familia vivió esto conmigo. Sin ellos, no estaría acá", afirmó. Además, destacó el rol del movimiento feminista: "Cuando dicen ‘¿dónde están las feministas?', bueno, acá están. Me acompañan, me sostienen y me dan fuerza".

Para ella, la lucha no es solo personal. Se trata de visibilizar un sistema judicial que, según asegura, "pone más energía en proteger al acusado que en garantizar justicia para las víctimas".

Una sentencia que puede marcar un antes y un después

Este jueves se conocerá el fallo. Carolina espera que sea una condena ejemplar, no solo por ella, sino como mensaje a toda la sociedad: "Es momento de que la Justicia le diga a las mujeres que está de nuestro lado, que estos delitos tienen consecuencias, y que el poder ya no es un escudo".

Mientras tanto, desde distintos sectores se mantiene el reclamo por una reforma judicial con perspectiva de género real y efectiva. Lo que está en juego, aseguran, no es solo un fallo, sino la credibilidad de todo un sistema.

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