Reconocimiento mundial a Palestina: Israel quedó más aislado y bajo presión para frenar la guerra
Netanyahu enfrenta reclamos internos, tensiones con sus socios de ultraderecha y un inédito desafío diplomático.
En un giro que modifica el tablero geopolítico, potencias como Gran Bretaña, Francia, Australia, Canadá, Portugal, Bélgica y Luxemburgo, entre otras, reconocieron de manera conjunta al Estado Palestino. Con esta decisión, ya son 157 los países que avalan la existencia de Palestina, lo que representa más del 80% de los miembros de la ONU.
Este reconocimiento colectivo deja a Israel más aislado que nunca, incluso frente a naciones que tradicionalmente fueron sus aliados, mientras la ONU denuncia una crisis humanitaria en Gaza y crecen las protestas en Europa, el mundo árabe e incluso dentro del propio territorio israelí.
El gobierno de Benjamin Netanyahu enfrenta una doble presión: por un lado, los reclamos internacionales para frenar la ofensiva militar en Gaza y evitar una eventual anexión de Cisjordania; por otro, las exigencias de su base ultraderechista, que pide profundizar la ocupación y declarar soberanía sobre territorios palestinos.
Netanyahu desafía las críticas y crece la incertidumbre diplomática
A pesar del reconocimiento global a Palestina, Netanyahu mantiene su estrategia bélica y prepara un mensaje desde la ONU dirigido a su electorado. Analistas señalan que el premier podría anunciar medidas para avanzar en la anexión de Cisjordania, un reclamo histórico de la ultraderecha israelí.
Mientras tanto, familiares de rehenes en Gaza y sectores de la izquierda israelí exigen un acuerdo de cese del fuego y la liberación de los secuestrados. Sin embargo, Estados Unidos -con el respaldo de Donald Trump- continúa siendo el principal sostén diplomático y militar de Israel, lo que limita el alcance de las presiones internacionales.
Expertos advierten que el reconocimiento de Palestina, aunque simbólicamente potente, carece de medidas operativas concretas como sanciones económicas o restricciones en la venta de armas, por lo que su impacto real dependerá de las futuras decisiones de Washington y de la comunidad internacional.