Irán se muestra como triunfante tras el alto el fuego con Israel

Además, advirtió que avanzará con su programa nuclear.

La llamada "guerra de los 12 días" entre Irán e Israel llegó a su fin, y el presidente iraní, Masud Pezeshkian, no dudó en declarar una victoria simbólica frente a miles de personas reunidas en una plaza de Teherán: "Hoy, tras la heroica resistencia de nuestra gran nación, asistimos al establecimiento de una tregua", dijo el mandatario, en un acto cargado de épica y propaganda política, encabezado por una imponente imagen del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.

Desde Irán afirman que el gobierno resistió los intentos israelíes de desestabilización y que el liderazgo teocrático sigue firme. La narrativa oficial celebra la supervivencia del régimen como un triunfo, a pesar de los bombardeos que dañaron infraestructura clave, incluyendo instalaciones nucleares y bases militares.

La cuestión nuclear, el eje del conflicto y lo que viene

Aunque Israel sostiene que su principal objetivo fue ralentizar el avance nuclear iraní, y que los ataques destruyeron infraestructura de forma "irreversible", desde Teherán niegan estas versiones y afirman que retomarán el desarrollo de su programa. "Harán valer sus derechos", según Pezeshkian, lo que en clave persa implica que no aceptarán reducir el nivel de uranio enriquecido a porcentajes mínimos.

Durante el conflicto, más de 20 científicos iraníes vinculados al programa nuclear fueron abatidos. Sin embargo, el gobierno iraní apuesta a formar una nueva generación de expertos en sus universidades y centros científicos. La batalla por la capacidad atómica no ha terminado: solo entra en una nueva etapa.

Críticas a Rafael Grossi y dudas sobre los daños

Mientras en Occidente se habla de un retroceso decisivo del programa nuclear iraní, en Irán se niegan a brindar detalles y denuncian presiones políticas. El jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohamad Eslami, aseguró que ya están en marcha las tareas de recuperación y que el proceso productivo no se detendrá.

En medio de este clima, crecen las tensiones con el argentino Rafael Grossi, titular del Organismo Internacional de Energía Atómica, a quien Irán acusa de parcialidad por advertencias que hizo antes del ataque. El régimen asegura que el uranio enriquecido fue trasladado a un lugar seguro, pero por ahora, todo permanece bajo un velo de secretismo.

una guerra sin resolución

Israel, por su parte, afirma haber alcanzado el 90% de efectividad en la interceptación de misiles, aunque los que lograron penetrar generaron daños inéditos, incluso en Tel Aviv. La sensación en la región es que, aunque se frenaron las bombas, la tensión permanece. La guerra más intensa entre Irán e Israel en décadas deja heridas abiertas y una certeza: nada se resolvió del todo.

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