Humo blanco y humo negro: ¿Cómo se cambia el color del humo en el Cónclave del Vaticano?
La fumata blanca o negra es clave en la elección de un papa. Detrás hay una fórmula química precisa y un protocolo estricto.
La elección de un papa en el Vaticano se comunica al mundo con una imagen icónica: el humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina. Este puede ser blanco o negro, y cada color tiene un significado claro:
Fumata blanca: hubo elección, hay nuevo papa.
Fumata negra: no se alcanzó un consenso y el Cónclave continúa.
El procedimiento se remonta al origen del término Cónclave, que viene del latín cum clavis ("con llave"), en referencia al aislamiento en que deliberan los cardenales. Dado ese encierro, la fumata se convirtió en el método más visible para comunicar el resultado de las votaciones.
El proceso químico detrás del humo
Las papeletas de votación se queman al finalizar cada ronda, y según el resultado se utiliza una fórmula química distinta:
Para fumata negra, que indica que aún no hay papa, se usa una mezcla de:
Perclorato de potasio
Atraceno
Azufre
Esta combinación produce una combustión incompleta, generando partículas oscuras que tiñen el humo de negro.
Para fumata blanca, cuando un cardenal ha alcanzado los dos tercios necesarios para ser electo, la fórmula incluye:
Clorato de potasio
Lactosa
Resina de pino
Estos compuestos, especialmente la resina, generan partículas claras que le dan al humo su característico color blanco.
Qué pasa cuando se elige un papa
Una vez que se logra el consenso, el decano del Colegio Cardenalicio (o su reemplazante) se dirige al elegido con la pregunta formal en latín:
"Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?"
(¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?)
Si acepta, debe elegir un nuevo nombre papal. Luego se redacta un acta oficial y los demás cardenales le rinden homenaje. A partir de ese momento, si ya era obispo, el cardenal se convierte automáticamente en Obispo de Roma y Sumo Pontífice.