Este domingo comenzaron a llegar a Los Ángeles tropas de la Guardia Nacional, enviadas por orden directa del presidente Donald Trump para contener las masivas protestas que estallaron tras las redadas contra inmigrantes. Es la primera vez en décadas que el gobierno federal toma control de las fuerzas de seguridad de California sin el aval del gobernador, Gavin Newsom, quien calificó la decisión como "una provocación deliberada".

Un total de 2000 efectivos, pertenecientes a esta fuerza de reserva del Ejército, fueron convocados tras días de enfrentamientos y manifestaciones, que incluyeron el uso de gases lacrimógenos y granadas aturdidoras por parte de agentes federales. La situación llegó a niveles tan tensos que Tom Homan, exfuncionario de inmigración, amenazó con arrestar a la alcaldesa Karen Bass y al gobernador Newsom si intentaban obstaculizar las operaciones.

Protestas, tensión y represalias en las calles

Más de 300 soldados se desplegaron por puntos clave de la ciudad desde el domingo, en medio de una movilización masiva de ciudadanos que rechazan las detenciones de inmigrantes, incluso en zonas como el Distrito de la Moda. Durante las últimas jornadas, se registraron incidentes con incendios, fuegos artificiales y enfrentamientos que dejaron varios heridos por balas de goma y el uso de tácticas militares para dispersar a los manifestantes.

La alcaldesa reconoció episodios de vandalismo pero aseguró que la situación está "bajo control". Sin embargo, la tensión sigue creciendo, con arrestos tanto en Los Ángeles como en Nueva York, según fuentes del FBI. Mientras tanto, algunos líderes políticos republicanos incluso impulsan la posible intervención de marines activos para reforzar la presencia federal.

Trump responsabiliza a la "izquierda radical" y endurece el control

El presidente Trump acusó directamente a la "izquierda radical" de instigar los disturbios y anunció nuevas medidas para limitar las protestas, como prohibir el uso de máscaras. "¿Qué tienen que ocultar?", preguntó el mandatario, quien agradeció públicamente a la Guardia Nacional por su labor.

Pese a un relativo calma durante la madrugada del domingo, el clima en Los Ángeles sigue siendo tenso, con manifestantes decididos a continuar con las protestas y las fuerzas federales preparadas para mantener el orden en una ciudad marcada por la diversidad y la fuerte presencia latina.