Fentanilo contaminado: peritos advierten fallas médicas y mayor riesgo de muerte

Un informe forense detectó deficiencias en historias clínicas y confirmó infecciones que agravan los cuadros de pacientes.

Un nuevo peritaje incorporado a la causa judicial por el fentanilo contaminado expuso graves deficiencias en las historias clínicas de pacientes fallecidos. Los especialistas advirtieron registros incompletos, ausencia de diagnósticos precisos y certificados de defunción con causas genéricas, lo que dificulta reconstruir el recorrido clínico de cada caso.

Estas falencias complican la tarea judicial para determinar responsabilidades y establecer vínculos claros entre la administración del medicamento y los desenlaces fatales.

Infecciones detectadas y aumento del riesgo

Los peritos confirmaron la presencia de infecciones bacterianas en varios pacientes, compatibles con los microorganismos hallados en las ampollas de fentanilo investigadas. Se trata de bacterias que, en contextos de pacientes críticos, incrementan de manera significativa el riesgo de muerte.

Si bien los expertos aclararon que no siempre puede establecerse una relación directa y exclusiva entre la infección y el fallecimiento, coincidieron en que estos cuadros infecciosos agravan el estado general de los pacientes.

Obstáculos para la investigación judicial

La causa enfrenta dificultades adicionales por la dispersión y heterogeneidad de los registros médicos entre distintas instituciones y jurisdicciones. Esta fragmentación impide un análisis uniforme y retrasa el avance de la investigación.

Ante este escenario, desde el ámbito judicial y legislativo volvieron a reclamar la necesidad de un sistema de historias clínicas estandarizado y digitalizado que garantice mayor trazabilidad y control.

Un caso que expone fallas estructurales

La investigación por el fentanilo contaminado volvió a poner en evidencia problemas de fondo en el sistema sanitario, tanto en los controles sobre medicamentos como en la calidad de los registros clínicos. El caso ya es considerado uno de los episodios sanitarios más graves de los últimos años y abrió un debate sobre la necesidad de reformas para prevenir nuevas tragedias.