La película que une a Brad Pitt con el mundo de la Fórmula 1 y acelera la taquilla
Con producción de Lewis Hamilton y escenas grabadas en grandes premios reales, F1 deslumbra con su despliegue técnico y un Brad Pitt que brilla como nunca.
A sus 61 años, Brad Pitt vuelve a la pantalla grande con una apuesta que lo tiene todo: autos de Fórmula 1, adrenalina real y producción millonaria. En F1, interpreta a Sonny Hayes, un expiloto que regresa al circuito para ayudar a una escudería en crisis, enfrentando a un joven corredor tan talentoso como egocéntrico.
La película, dirigida por Joseph Kosinski (Top Gun: Maverick), fue filmada durante competencias reales, como los Grandes Premios de Silverstone, Abu Dhabi o México. Esto le da un tono documental que eleva la experiencia visual, con cameos de figuras como Verstappen, Alonso y Leclerc.
Un despliegue sin precedentes para los fanáticos del automovilismo
Producida por el multicampeón Lewis Hamilton y con apoyo de Apple TV+, F1 se convierte en un híbrido perfecto entre cine y marketing. Las escenas de carrera fueron grabadas con hasta 28 cámaras en simultáneo, y el auto que conduce Pitt fue adaptado con tecnología de F1 por ingenieros de Mercedes Benz.
Brad Pitt durante el Gran Premio de México. (Foto: REUTERS/Henry Romero)
El presupuesto de la película superó los 200 millones de dólares, con Brad Pitt embolsando unos 30 millones, el mayor sueldo de su carrera. La ambientación es tan real que el equipo tuvo su propio paddock en los circuitos oficiales, y se mimetizó por completo con el universo de la Fórmula 1.
Más allá de la trama: un viaje al corazón de la F1
Aunque su argumento es clásico (el veterano que vuelve a competir, el joven prodigio, la tensión en la escudería), la fuerza de F1 radica en su capacidad de trasladar al espectador a la pista. Con una duración de 150 minutos, su ritmo no decae y logra mantener la intensidad de principio a fin.
Además del protagónico de Pitt, se destacan Damson Idris, Javier Bardem y Kerry Condon, que completan un elenco que funciona a pleno. Para los fanáticos del automovilismo, F1 es una fiesta visual. Para quienes no lo son, es una puerta de entrada irresistible al vértigo y la competencia.