"Locomotora" Oliveras: una vida marcada por la lucha, la gloria y el dolor
La excampeona mundial de boxeo falleció a los 47 años tras sufrir un ACV. Su historia es la de una mujer que enfrentó la pobreza, la violencia y la traición para convertirse en un ícono del deporte argentino.
Este lunes se confirmó la muerte de Alejandra "Locomotora" Oliveras, múltiple campeona mundial de boxeo y una de las grandes figuras del deporte femenino en la Argentina. Tenía 47 años y permanecía internada en terapia intensiva desde hacía más de diez días tras sufrir un accidente cerebrovascular.
Oliveras no solo fue una referente en el ring, sino también una figura de enorme carisma que supo conquistar al público desde sus redes sociales, su paso por la televisión y su incipiente carrera política.
Una infancia de esfuerzo y trabajo en el campo
La historia de Alejandra Oliveras comenzó en Alejandro Roca, un pueblo rural del sur cordobés. Criada en una familia humilde, desde pequeña trabajó en el campo junto a su padre cargando bolsas de maní, maíz y soja. La escasez y el trabajo duro forjaron un carácter que luego la llevaría a lo más alto del boxeo.
"Comíamos una sola vez al día y había que trabajar. El campo me enseñó todo: el valor del esfuerzo, el respeto y que para soñar primero hay que sacrificarse", recordaba en entrevistas.
Su primer gran lujo fue una bicicleta, regalo fruto de una cosecha, que ella cuidaba como si fuera "un Mercedes 0 km".
La violencia que marcó su adolescencia
A los 14 años, Locomotora comenzó a sufrir violencia de género por parte de su pareja. Ya era madre adolescente y entrenaba sola mientras criaba a su hijo. Un día decidió defenderse, cerró el puño, golpeó a su agresor, y escapó con su bebé en brazos. "No volví nunca más", contó años después, al recordar aquel episodio.
Esa decisión fue el punto de partida de una nueva vida, marcada por la resiliencia y la búsqueda de una identidad propia.
Una pelea callejera cambió su destino
El primer paso hacia el boxeo fue insólito. Ya con dos hijos, a los 20 años participó en una pelea improvisada en una plaza de su barrio, motivada por una apuesta radial y el furor que generaba el regreso de Mike Tyson.
"El árbitro era el carnicero del pueblo. Nos dimos patadas, rodillazos, de todo. Gané, y sentí que quería hacer esto para siempre", contaba entre risas.
Poco después comenzó a entrenar formalmente con Carlos San Miguel, su primer entrenador. Viajaba varios kilómetros en moto por caminos de tierra para asistir al gimnasio. Compartía entrenamientos con varones, que muchas veces se excedían. Su madre le preguntaba por qué seguía yendo si volvía lastimada. Pero Alejandra nunca se detuvo.
La traición que nunca logró olvidar
Más allá de las peleas deportivas, Oliveras también enfrentó conflictos personales profundos. Uno de los más dolorosos fue la traición de su hermana, quien mantuvo una relación con su pareja, también boxeador.
"No quiero nombrarla, pero fue muy doloroso. Mi mamá siempre quiso que estuviéramos unidas, pero después de eso, nuestra relación cambió para siempre. Hoy es solo un ‘hola y chau'", reveló en una entrevista.
Ese episodio fue una de las tantas batallas emocionales que la Locomotora enfrentó fuera del ring.
La campeona de los récords
Durante su carrera profesional, Alejandra Oliveras logró 33 victorias (17 por nocaut), tres derrotas y dos empates. Obtuvo seis títulos mundiales en distintas categorías de peso, entre ellas supergallo, ligero, pluma y superligero, reconocidos por CMB, AMB y OMB.
En 2006, hizo historia al vencer a Jackie Nava en Tijuana, consiguiendo la primera victoria internacional de una boxeadora argentina. Fue reconocida por el Libro Guinness de los Récords como la única mujer en ganar títulos mundiales en cuatro divisiones diferentes.
De los guantes a la política
Tras su retiro en 2017, Oliveras se transformó en influencer y referente motivacional, compartiendo ejercicios, frases y anécdotas que conectaron con miles de seguidores. También participó del programa "Bailando por un Sueño" y se acercó al mundo de la política.
En 2021 fue candidata a diputada nacional y en 2024 fue nombrada por Patricia Bullrich como integrante de la Dirección Nacional de Seguridad en Eventos Deportivos. Ese mismo año fue electa para participar en la convención constituyente de Santa Fe, pero el mismo día en que debía asumir, sufrió el ACV que derivó en su fallecimiento.
Una vida de película
Pobreza, maternidad adolescente, trabajo rural, violencia, traición, títulos mundiales, popularidad, política. La vida de Alejandra Oliveras parece un guión de cine, y ella misma lo decía con convicción: "Soy una Rocky mujer, pero de verdad. No entiendo cómo todavía nadie quiso hacer una película sobre mí".
Alejandra "Locomotora" Oliveras fue mucho más que una boxeadora. Fue una mujer que peleó todas las batallas que la vida le puso adelante, y que inspiró con su coraje, su historia y su verdad. Su legado trasciende los títulos. Vive en cada mujer que sueña con transformar su destino a fuerza de voluntad.