La tensión en Medio Oriente alcanzó este sábado uno de sus puntos más críticos tras un feroz intercambio de misiles entre Irán e Israel. La escalada comenzó con una ofensiva israelí a gran escala que, según Tel Aviv, tenía como objetivo desmantelar el programa nuclear iraní, eliminar científicos y comandantes clave, y atacar plantas atómicas.

En respuesta, Irán lanzó cerca de 200 misiles balísticos en múltiples oleadas. Al menos tres personas murieron en Israel, mientras que en Irán se reportaron más de 60 víctimas fatales, incluidos 20 niños, producto de un bombardeo sobre un complejo residencial en Teherán.

Israel: "Si siguen disparando, Teherán arderá"

El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, lanzó una advertencia contundente: "Si el ayatolá Jamenei continúa disparando misiles contra nuestro territorio, Teherán arderá". La ofensiva israelí podría extenderse por al menos dos semanas, y el Gobierno llamó abiertamente al pueblo iraní a levantarse contra su régimen.

Estados Unidos, aliado estratégico de Israel, intervino derribando parte de los misiles iraníes. Desde la Casa Blanca, el presidente Donald Trump respaldó la operación de Tel Aviv y anticipó que lo peor "está por venir" si Irán no acepta desmantelar su programa nuclear, algo que se discutirá el domingo en una reunión clave.

Repercusiones regionales y globales

La televisión estatal iraní advirtió que atacarán las bases militares de los aliados de Israel si colaboran en interceptar sus misiles. Mientras tanto, los hutíes de Yemen, aliados de Irán, lanzaron misiles contra territorio israelí, uno de los cuales impactó en Cisjordania, hiriendo a cinco palestinos, entre ellos tres niños.

El temor a una guerra regional abierta -con consecuencias económicas y geopolíticas a escala global- crece a medida que las amenazas se intensifican y los ataques continúan.