Entre cifras y realidades: la pobreza en Argentina según el primer semestre de 2025

El primer semestre de 2025 mostró una leve mejora en los indicadores de pobreza e indigencia en Argentina, aunque expertos alertan sobre distorsiones metodológicas que podrían subestimar la verdadera situación social.

Disminuye la pobreza, pero con matices

Según los últimos datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en base al INDEC, la incidencia de la pobreza alcanzó al 31,6% de la población durante el primer semestre de 2025, lo que representa una disminución de 21,3 puntos porcentuales en comparación con el mismo período de 2024 (52,9%) y de 6,5 puntos respecto al segundo semestre de 2024 (38,1%). En el caso de la indigencia, la cifra llegó al 6,9%, mostrando una baja de 11,2 puntos porcentuales respecto al primer semestre de 2024 (18,1%) y de 1,3 puntos respecto al semestre anterior (8,2%).

Si bien estas cifras parecen alentadoras, especialistas advierten que no reflejan completamente la realidad. Uno de los principales problemas radica en la metodología utilizada para calcular la Canasta Básica Total (CBT). La Encuesta Nacional de Gastos de Hogares (ENGHo) utilizada para determinar el gasto no alimentario no se ha actualizado adecuadamente, lo que subestima el impacto de aumentos en servicios y transporte. Como resultado, los ingresos de muchos hogares parecen superar la línea de pobreza, aun cuando en términos reales no ha habido un incremento significativo.

La subdeclaración de ingresos y su efecto en los números oficiales

Otro factor clave es la subdeclaración de ingresos en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), fenómeno reconocido por economistas y especialistas en estadísticas sociales. Investigaciones de la consultora Equilibra muestran que al corregir esta subdeclaración de manera dinámica, la caída de la pobreza registrada oficialmente se vuelve menos pronunciada. De hecho, la pobreza corregida alcanza un 43,3%, 8,6 puntos por encima del dato oficial de 34,7%. Esto indica que gran parte de la aparente mejora se explica por una mejor captación de ingresos en la EPH, más que por un aumento real del poder adquisitivo de los hogares.

Factores que influyeron en la evolución de la pobreza e indigencia

Entre los elementos que explican la baja de pobreza e indigencia durante el primer semestre de 2025 se destacan:

Inflación de alimentos baja: la inflación de alimentos se ubicó en 2,5%, muy por debajo del 9,4% del primer semestre de 2024, lo que contribuyó a la reducción de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y, por ende, de la CBT.

Ingresos de trabajadores: hubo un aumento en la captación de salarios no registrados y mejoras en el RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), aunque los salarios formales mostraron una leve caída en términos reales.

Planes sociales y AUH: la Asignación Universal por Hijo (AUH) creció 6,4% en términos reales respecto al primer semestre de 2024, pero la Tarjeta Alimentar y otros planes sociales sufrieron reducciones de su poder adquisitivo debido a congelamientos.

Jubilaciones mínimas: mejoraron 5,6 puntos porcentuales respecto al mismo período del año pasado, aunque siguen por debajo de los niveles de 2023.

Trabajadores pobres y perspectivas

El análisis de la relación entre la mediana de salarios de los trabajadores registrados privados y la CBT revela que, aunque ha habido mejoras recientes, todavía existe un sector importante que no alcanza a cubrir la canasta familiar básica. En junio de 2025, la mediana salarial cubría el 96,9% de la CBT, mostrando una recuperación tras tocar mínimos históricos del 74,1% durante la actual gestión.

Conclusión y proyecciones

Si bien los datos oficiales muestran una baja de la pobreza e indigencia en el primer semestre de 2025, las correcciones metodológicas sugieren que la mejora real es más moderada. Los especialistas advierten que la pobreza estructural sigue siendo alta y que la actualización de la CBT y la subdeclaración de ingresos deben ser consideradas para tener un panorama más preciso. Para el segundo semestre de 2025, la proyección indica que, sin cambios en políticas sociales y salarios, los niveles de pobreza podrían mantenerse relativamente estables, con ajustes menores según la evolución de precios y programas de asistencia.

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