El show de Lali Espósito deslumbró a 50 mil personas y Moria Casán fue la gran sorpresa de la noche

En un estadio Vélez repleto, la artista pop celebró su regreso a los escenarios con un espectáculo vibrante y la aparición estelar de Moria Casán, que bajó por una gran escalera entre plumas y brillos. "Esto es el éxito", dijo la diva.

El sábado por la noche, Lali Espósito volvió a los escenarios con un show masivo en el estadio José Amalfitani. Más de 50 mil personas acompañaron a la artista pop en una noche colmada de energía, emoción y momentos inolvidables. Pero hubo uno en particular que desató el furor total: la aparición sorpresa de Moria Casán, quien bajó por una gran escalera con un tapado rosa de plumas y un body nude repleto de brillos para cantar junto a Lali.

Mientras sonaban los primeros acordes de ¿Quiénes son?, una canción escrita especialmente para compartir con la diva, Moria descendió con teatralidad, sacándose el abrigo y mostrando una faja plateada con su nombre incrustado en piedras. Lali la esperaba en el escenario vestida con traje negro, camisa blanca y corbata, inmóvil, mirándola con admiración. El público estalló.

Una vez juntas, caminaron al centro del escenario. Lali le cantaba con emoción, y Moria se movía con la seguridad de una estrella de décadas. Al terminar la canción, la exvedette tomó el micrófono y dejó una frase para el recuerdo: "Por primera vez en la vida, me cuelgo de alguien", dijo con humor. Luego, más seria, agregó: "Mi abuelita decía que en el único lugar donde éxito va antes que trabajo es en el diccionario. Y esto es éxito porque hay trabajo, constancia, disciplina, dedicación y muchos años transcurridos".

Lali, visiblemente conmovida, la abrazó con una enorme sonrisa. Moria cerró su participación elogiando a la cantante: "Esta mujer tiene un ángel desmedido. Es una gran trabajadora a la cual admiro muchísimo". El cruce generacional fue uno de los momentos más potentes del show, celebrando la conexión entre la cultura pop clásica y contemporánea.

Antes de despedirse, Moria aprovechó para promocionar su próximo proyecto teatral, lo que provocó nuevas carcajadas entre el público. Lejos de desentonar, fue parte de una noche en la que cada segundo estuvo cargado de carisma, ironía, emoción y espectáculo.

Lali, que regresó a los escenarios tras más de un año sin tocar en vivo, presentó su sexto álbum No vayas a atender cuando el demonio llama en una noche ya histórica para el pop argentino. Cuando las luces se apagaron, el fervor no se disolvió: los fans siguieron coreando su nombre, dejando claro que la conexión con su público sigue tan fuerte como siempre.

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