El robo al Museo del Louvre recordó a la serie "Lupin" de Netflix
El espectacular robo de joyas de Napoleón y la emperatriz Eugenia de Montijo generó comparaciones con la exitosa serie francesa protagonizada por Omar Sy.
El reciente robo al Museo del Louvre conmocionó a Francia y al mundo. Entre cuatro y cinco ladrones sustrajeron joyas que pertenecieron a Napoleón y a la emperatriz Eugenia de Montijo, en un golpe ejecutado en pocos minutos y casi imperceptible para los sistemas de seguridad del museo.
La escena -una maniobra precisa, en pleno corazón de París, y con piezas de valor histórico incalculable- llevó a muchos a recordar Lupin, la serie francesa de Netflix que imaginó un robo muy similar en el mismo museo.
La trama de Lupin
Estrenada en 2021, Lupin está protagonizada por Omar Sy en el papel de Assane Diop, un ladrón de guante blanco inspirado en Arsène Lupin, el célebre personaje creado por Maurice Leblanc en 1905.
En la primera temporada, Diop planifica el robo de un collar de diamantes perteneciente a la emperatriz Eugenia, como parte de una venganza personal contra la élite francesa. Con un plan meticuloso, se infiltra en el museo y logra ejecutar el robo sin ser detectado, dejando en evidencia las fallas del sistema y burlando a las autoridades.
La serie, producida por Louis Leterrier y Marcela Said, se convirtió en un éxito mundial. Con tres temporadas disponibles y una cuarta prevista para 2026, combina acción, drama y suspenso, y mantiene al espectador atrapado hasta el final.
Paralelismos con el robo al Louvre
El robo real presenta coincidencias notables con la historia de ficción. Según las primeras investigaciones, los ladrones tardaron apenas siete minutos en concretar el asalto, que tuvo lugar cerca de la galería Apolo. Usaron una grúa, cortadoras de disco y rompieron una ventana para acceder directamente a las ocho piezas robadas.
La operación, ejecutada con precisión milimétrica, evocó el golpe de Assane Diop en Lupin, donde el protagonista también se disfraza de trabajador del museo para participar de una subasta y aprovechar el momento justo para llevarse las joyas imperiales.
Entre los paralelismos más comentados figuran el uso de disfraces, el acceso a sectores internos del museo, el robo de objetos de valor histórico y la fuga casi imperceptible, que solo fue advertida por una alarma que se activó un minuto después de la huida.