El negocio del siglo: cómo Iguacel se quedó con áreas de YPF y se aseguró 100 millones de dólares anuales

El expresidente de Vialidad armó una empresa semanas después de una licitación y se quedó con pozos millonarios. La clave: vínculos políticos, poco capital y un uso hábil de los recursos públicos.

Javier Iguacel, conocido por su rol como denunciante en la causa Vialidad contra Cristina Fernández de Kirchner y exfuncionario de Cambiemos, volvió a la escena, pero esta vez como empresario petrolero. Según reveló una investigación que circula en el sector energético, apenas dos meses después de que YPF llamara a licitación para vender 55 áreas convencionales, Iguacel fundó Bentia Energy S.A. con un capital inicial de apenas 7,5 millones de pesos. En tiempo récord, la flamante firma obtuvo la adjudicación de Vaca Muerta Norte y Sur, dos áreas con un potencial estimado en 110 millones de dólares anuales.

La maniobra, que genera fuertes críticas entre especialistas del sector, se benefició del apoyo político del gobierno de Javier Milei y del aval del gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, quien aprobó la transferencia a pesar de que la empresa no cumplía con los requisitos de solvencia financiera y capacidad técnica que exige la Ley de Hidrocarburos 17.319.

Cero riesgo, todo ganancia: cómo funciona el esquema

Aunque el capital social declarado fue de 30 millones de pesos, solo se integró el 25%. Es decir, la empresa se puso en marcha con unos 21.000 dólares, al tipo de cambio oficial. Con esa base, Bentia ya concretó una preventa de crudo, según palabras del propio Iguacel, lo que le permite financiar operaciones sin desembolsar fondos propios. "Nos alcanza con lo que trajimos", aseguró en una presentación en el Mercado Electrónico de Gas.

Además, Iguacel reconoció que podrían emitir deuda en el exterior usando como garantía los activos que compraron a YPF. Es decir, se endeudarían con bienes que antes pertenecían a la empresa estatal. Para muchos expertos, esto no es emprendimiento privado sino especulación con bienes públicos.

Infraestructura lista y pozos productivos: el combo perfecto

Los dos clusters adjudicados (Rincón de los Sauces y Huincul) no solo tienen producción convencional de petróleo y gas, sino también infraestructura clave: plantas de tratamiento, conexiones a oleoductos y gasoductos, acceso a refinerías y centrales eléctricas. Además, cuentan con potencial shale con pozos no convencionales ya operativos. Todo esto, ahora en manos de una firma sin trayectoria, sin capital propio, pero con una fuerte espalda política.

Según el último balance de YPF, la operación de traspaso aún no se concretó totalmente, pero Bentia ya actúa como si fuera propietaria. Si el proyecto no prospera, los críticos advierten que YPF -y por ende el Estado- podría terminar absorbiendo las pérdidas o recomprando los activos a precio de remate.

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