El Museo del Louvre quedó al expuesto tras el millonario robo
A más de dos semanas del asalto, revelan graves fallas de seguridad informática en el museo más famoso del mundo.
El robo al Museo del Louvre el 19 de octubre sigue generando impacto internacional. Cuatro hombres vestidos de obreros ingresaron a plena luz del día y se llevaron joyas de la corona francesa valuadas en más de 100 millones de euros. A más de 15 días del hecho, las piezas siguen sin aparecer, mientras un informe reveló errores básicos en los sistemas de seguridad del museo parisino.
Según el diario Libération, auditorías previas ya habían advertido sobre falencias informáticas graves. La más insólita: la contraseña para acceder al servidor que controlaba las cámaras de vigilancia era simplemente "Louvre". La Agencia Nacional de Seguridad de los Sistemas de Información (ANSSI) había detectado esa debilidad en 2014 y 2017, pero nunca fue corregida.
Contraseñas débiles y tecnología obsoleta
La investigación expuso que los sistemas de protección del museo usaban claves fáciles de adivinar y programas desactualizados, como Windows 2000. Pese a las advertencias del organismo francés, las autoridades no actualizaron el software ni reforzaron los controles de acceso.
Incluso, se detectaron puestos de trabajo sin contraseñas y zonas del museo sin resguardo adecuado, lo que comprometió las cámaras y las alarmas. "Los expertos no necesitaron más que ensayar con contraseñas obvias para acceder a los equipos de protección", señaló Radio France Internationale.
Críticas y pedidos de medidas urgentes
El informe de la ANSSI había sido contundente: el Louvre corría riesgo de sufrir un ataque con consecuencias dramáticas. La advertencia se cumplió el 19 de octubre, cuando los ladrones aprovecharon esas debilidades para ingresar y escapar sin ser detectados.
La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, admitió que la seguridad del museo fue subestimada durante más de dos décadas. "No podemos seguir así", declaró tras conocerse los detalles del informe. Por su parte, la directora del Louvre, Laurence des Cars, reconoció que las cámaras de seguridad no cubrían el punto exacto por donde ingresaron los asaltantes.
El caso se convirtió en uno de los robos más impactantes de la historia reciente y dejó expuesta una paradoja: el museo más visitado y protegido del mundo fue vulnerado por una contraseña tan simple como su propio nombre.